La cámara de comercio de Sevilla quiere ponerle precio a la implantación de un apartado de la llamada Ley de Memoria Histórica. Dicha ley prevé eliminar de nuestras calles, plazas y avenidas los símbolos fascistas, entre ellos el nombre de las calles que la cruel dictadura franquista ofreció en forma de homenaje a todos aquellos que participaron o fueron colaboradores o contribuyeron al golpe fascistas del 36, aquel que hundió a España en una larga y cruel dictadura durante 40 años. Una dictadura que conculcó los mas elementales derechos sociales, económicos, y políticos del que este país se dotó con la II República; que cometió contra un pueblo indefenso y vencido las mayores barbaridades en cuanto a violaciones de derechos humanos, como torturas, asesinatos extrajudiciales, desapariciones forzadas, expolio de bienes, exilio obligatorio, robo de niños en las cárceles de mujeres, etc, etc. Setenta años después de finalizada la guerra civil, una ley, aprobada por un gobierno socialista nace para dar respuesta a una necesidad social: la de conocer la verdad de los hechos que rodearon la represión franquista y reparar así las injusticias al que este país ha sometido por sistema a las víctimas de esa dictadura, osea, a los vencidos. Una de estas injusticias ha sido y es todavía la de tener que soportar la ofensa que supone para muchos de los familiares de esas víctimas pasear por calles y plazas de nuestra ciudad que se llaman “General García de la Herranz”, “General Goded” (ambos militares golpistas), “Carrero Blanco” (ministro franquista), Avenida Pío XII ( papa católico que apoyó el golpe de estado del 36), “Ruiz de Alda” (cofundador del partido Falange), y una larga lista, hasta un total de 62 nombres. Pero ahora que el ayuntamiento está dispuesto a hacer cumplir una ley, la Cámara de Comercio dice que hay que estudiar “el impacto económico que supone para el comercio el cambio de nomenclatura de estas calles, sobre todo teniendo en cuenta la situación de crisis económica actual”. Yo no me creo que a estos señores solo les molesten los euros a pagar. Es una simple excusa, que oculta una ideología determinada, ideología que preferiría que las cosas se queden tal como están, o mejor dicho, tal como estaban hace 40 años. Ante esta falta de sensibilidad, yo, como familiar de victima afectada por la implantación de dicha ley, les envío desde estas líneas un mensaje a los representantes de la Cámara de Comercio: señores, Sevilla debe estar limpia no solo de basura y contaminación, también queremos las calles de nuestra ciudad limpias de nombres de indeseables que nos recuerdan épocas bárbaras y por suerte pasadas. Y eso no tiene precio, para suerte de muchos y desgracia de pocos.
Paqui Maqueda Fernández.
Familiar de victimas del golpe de estado del 36.
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