Fernando González, Gonzo, presenta este miércoles en Antena 3 un reportaje de investigación titulado 'Franco: Operación Caídos' en el que se desvelan todos los detalles de la impresionante y desconocida operación puesta en marcha por el Gobierno franquista para llenar de cadáveres procedentes de la guerra civil El Valle de los Caídos.
El reportaje responde a todas las preguntas: ¿En qué consistió la operación? ¿Cómo se hizo el traslado? ¿Se pidió permiso a los familiares? ¿Cuántos muertos alberga el Valle de los Caídos? ¿Cuántos de cada bando? ¿Cuántos están identificados? ¿Dónde están? ¿En que estado se conservan?
Además, en el transcurso de la investigación, el equipo del programa producido por Mediapro ha conseguido localizar el único documento gráfico existente de la caja donde reposan los restos de los siete republicanos que el juez Baltasar Garzón ordenó exhumar en El Valle de los Caídos.
La caja que buscaba Garzón
Garzón andaba detrás de ella, pero al final no lo consiguió. El juez de la Audiencia Nacional ordenó el pasado mes de noviembre la exhumación de la caja con los cadáveres de siete republicanos fusilados en Aldeaseca (Ávila) durante la Guerra Civil y sepultados en el Valle de los Caídos sin que sus familiares lo supieran. Sin embargo, el pleno de la Audiencia paralizó poco después esta decisión. Se daba al traste con las pretensiones de los familiares de estos fusilados, encabezados por Fausto Canales, el hijo de Valerico Canales, que veían frustradas sus esperanzas de poder enterrarlos en el cementerio de su pueblo..
La historia de Fausto es la de miles de españoles que desconocían dónde se encontraban en realidad los restos de sus familiares muertos durante la guerra. Muchos creían que estaban en cunetas o en fosas comunes e ignoraban la compleja operación que diseñó el régimen franquista para desenterrarlos y trasladarlos, casi siempre de forma clandestina, hasta el Valle de los Caídos, el monumento que Franco ordenó construir para celebrar su victoria y conmemorar a los muertos del bando nacional. El periodista Fernando González, Gonzo, ha investigado esta operación y ha encontrado un documento gráfico exclusivo: precisamente la caja en la que encuentran los restos de los ocho republicanos cuya exhumación perseguía Fausto Canales. La caja que buscaba el juez Garzón. Una imagen reveladora en la que varios trabajadores del Valle de los Caídos se encuentran dando sepultura a los cadáveres de Aldeaseca pocos días antes de la inauguración del monumento faraónico. Un documento que verá la luz en el reportaje "Franco: Operación Caídos", que este miércoles emite Antena 3. Apiladas decenas de cajas con multitud de restos, con la inscripción en ellas de la procedencia y del número de cadáveres, los empleados procedían a colocarlas en las estancias mortuorias que se habían construido en la Basílica, camufladas tras los muros.
A partir de ese documento gráfico, Gonzo ha investigado el despliegue que realizó el Gobierno de Franco para llenar de restos de combatientes el Valle de los Caídos. Oficialmente hay inscritos allí 33.847 cuerpos, aunque el propio abad del Valle, Anselmo Álvarez, reconoce que puede haber muchísimos más. En realidad, la Operación Caídos se gestó desde el mismo fin de la Guerra Civil. Franco ideó entonces la construcción del monumento, para lo que no dudó en emplear, entre otros, a cientos de presos políticos.
Sólo para los Republicanos
Avanzadas las obras, en 1952, el ministro de Gobernación, Blas Pérez González, envió una carta a los gobiernos civiles en la que se anunciaba la intención del régimen de trasladar los restos de los muertos del bando nacional, a los que se refiere como "los combatientes que lucharon en nuestra cruzada, los mártires y, en general, nuestros caídos con motivo del Movimiento Nacional". En esa carta se instaba a las autoridades locales a solicitar el permiso de los familiares para el traslado. Pero este consentimiento pocas veces se daba. La historiadora Queralt Solé, autora del libro Los Muertos Clandestinos, cree que "el régimen se llevó una sorpresa porque pensaban que había muchos que pedirían ser enterrados en el Valle, y en cambio las peticiones son mínimas".
Ante esta situación, en 1958, cuando ya estaban finalizadas las obras del monumento, el gobierno de Franco tuvo que dar un giro. A partir de entonces se buscaban muertos de ambos bandos para llenar la cripta. El nuevo ministro de Gobernación, Camilo Alonso Vega, tomó las riendas de la Operación Caídos y pidió a las autoridades locales una relación detallada de las fosas comunes existentes en cada zona y otra relación de los enterrados en cementerios católicos, iglesias o panteones. Se movilizó a gobiernos civiles, ayuntamientos, autoridades eclesiásticas y guardia civil de todo el país. En las circulares incluso se establecían las distintas tipologías de restos. Se clasificaban según estuvieran enterrados en cementerios parroquiales, en fosas colectivas o individuales o, en lo que eufemísticamente bautizaron como "cementerios especiales" para referirse a las fosas abiertas en trincheras, cunetas o en medio del campo. Y se establecía que sólo era necesario el consentimiento familiar para mover los cadáveres en los casos de quienes estuvieran identificados y enterrados en cementerios parroquiales, iglesias o panteones. En el resto, no era necesario que los familiares consintieran la exhumación.
En cada provincia se contrataron carpinteros para que hicieran las cajas en las que introducir los restos. Y se estipularon las medidas exactas. Las individuales tendrían que medir 60 centímetros de largo por 30 de ancho y 30 de alto. Las colectivas, en las que cabían 15 cuerpos, tenían el doble de dimensión. Durante su investigación, Fernando González, Gonzo, ha entrevistado a carpinteros que hicieron esas cajas, a transportistas que las llevaron a la Basílica y a empleados del Valle que se encargaban de recibirlas y colocarlas en las estancias mortuorias. Fernando Taguas era uno de estos empleados. "Las llevábamos adentro –recuerda-. Primero se ponían en el primer atrio. Y después se llevaban al altar mayor, decían una misa y se metían. Había días que a lo mejor llegaban dos camiones".
En alguna de esas entregas llegó la caja con los restos mortales de los fusilados de Aldeaseca. Fue registrada con el número 198 y dispuesta, tal y como indicaba Baltasar Garzón en el auto en que autorizaba a exhumarla, en el piso 1º de la cripta derecha. Ahí se encuentra el cadáver del padre de Fausto Canales. "Él hubiera sentido una desesperación tremenda –dice Canales-. No le hubiera cabido en la cabeza que él iba a parar donde estaban sus verdugos".
Pero no están allí en contra de la voluntad de sus familiares sólo los muertos del bando republicano. También hay sepultados en ese mausoleo restos de combatientes del bando nacional cuyas familias jamás dieron su permiso para que fueran exhumados de donde se encontraban y trasladados hasta el Valle de los Caídos. Pedro Gil fue uno de ellos. Su hijo, Silvino, descubrió hace dos años que su padre no estaba en la fosa común de Zaragoza a la que siempre llevaban flores. También había sido trasladado clandestinamente hasta la Basílica.
Y así lo siguió haciendo el régimen franquista durante varios años después de la inauguración. De hecho, a partir de 1960 entró en práctica una segunda fase de la Operación Caídos, en la que se decidió que dejaran de ser gratuitas en los cementerios de toda España las sepulturas de los que habían caído "en nuestra Gloriosa Cruzada". En una circular de 1963 se advertía que si "los familiares no conservasen los restos con sepulturas a su cargo, el Gobierno Civil dispondrá a medida que las circunstancias lo requieran su traslado al Valle de los Caídos". De este modo se vaciaban los cementerios de sepulturas y fosas de combatientes cuyos familiares no pagaran. Fue una solución eficaz, porque permitió seguir llenando el Valle de restos... hasta completar los 33.847 que hay hoy oficialmente inscritos allí (muchísimos más según el abad). Entre ellos, los del padre de Fausto Canales. "No tiene que estar donde está –se lamenta-. Tiene que estar en el cementerio de su pueblo. Y de allí no tuvieron que sacarles para morir como murieron por defender causas lícitas. Ellos no hicieron nada malo".
De momento, la posibilidad de exhumar los restos que se encuentran sepultados en las estancias del Valle de los Caídos está en suspenso. Los familiares de los miles de muertos que se encuentran allí la acariciaron cuando Garzón lo ordenó, pero pronto se les arrojó un jarro de agua fría. Pese a todo, no pierden la esperanza de poder corregir un oscuro episodio del pasado que sigue estando en su memoria. Un oscuro episodio que verá la luz este miércoles 28 de enero en el reportaje "Franco: Operación Caídos" que emitirá Antena 3.
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