lunes, 20 de julio de 2009

Para leer: "Callar al mensajero"


Hoy 20 de Julio, curiosamente también Lunes y también con un calor sofocante comenzaría la Toma de Marchena por las fuerzas militares y paramilitares golpistas hace 73 años.Con la Toma y su truinfo vendría una brutal represión como la que se repetíría en innumerables pueblos...la represión tuvo sus víctimas y verdugos , desde DIME recomendamos este libro apostando por el conocimiento de nuestro pasado reciente y la memoria.
Callar al mensajero. La represión franquista, entre la libertad de información y el derecho al honor (Península, 2009), nuevo libro de Francisco Espinosa Maestre.


Mensajeros son quienes nos han transmitido el pasado oculto dando voz a quienes nunca la tuvieron durante la dictadura. Son esas voces del pasado las que se han intentado silenciar llevando ante los tribunales a quienes las habían recogido. En el fondo lo que se ha querido conseguir, y en buena parte se ha logrado por la vía del miedo, es cerrar la puerta a la historia oral en relación con la represión franquista. Los casos más conocidos son de estos años de recuperación de memoria pero, como era de esperar, su rastro se puede rastrear hasta la transición. He aquí doce casos que nos permiten adentrarnos en una zona oscura de nuestra historia reciente.Ocho de ellos muestran lo que ha ocurrido a quienes contaron lo ocurrido con nombres y apellidos: Fernando Ruiz Vergara y su documental Rocío, que ofreció las claves de la represión en Almonte (Huelva); Isidoro Sánchez Baena, envuelto en la vorágine judicial por dar el nombre de un asesino de Luque (Córdoba); José Casado Montado, por contar por escrito historias de San Fernando (Cádiz) que todos conocían; Fabien Garrido, al que un juez cerró una página Web que recogía la memoria de su padre por mencionar el papel jugado en la represión por cierto alcalde de O Grove (Pontevedra); Marta Capín, cuyo relato de la matanza de Valdediós llevó a la familia de un médico implicado a ponerle una demanda; Santiago Macías, a quien dos de las historias narradas en Las fosas de Franco han llevado a los tribunales; Dionisio Pereira, al que la familia de otro ex alcalde franquista ha intentado tapar la boca y con él a quienes le contaron viejas historias de Cerdedo (Pontevedra), y Alfredo Grimaldos, denunciado por la familia Rosón, ya experta en esto de llevar ante la justicia a quienes los relacionen con la represión fascista en Galicia. Para completar el panorama se estudian cuatro casos más. La historia de Violeta Friedman y su lucha contra el nazi belga afincado en España León Degrelle, una buena muestra de que la misma Justicia que amparaba el honor de los franquistas frente a la libertad de información podía perfectamente amparar el honor de una judía frente a la libertad de expresión de un nazi. O la historia del documental Sumarísimo 477, de Dolors Genovés, envuelta en un larguísimo proceso por sacar en pantalla los nombres y las palabras de los fascistas catalanes que intervinieron en el consejo de guerra contra Manuel Carrasco i Formiguera, dirigente catalán, republicano y católico. También un caso que no pudo ser y que muestra las dificultades que los vencidos tienen para acogerse al derecho al honor: la historia del intento frustrado de los familiares de Amparo Barayón, esposa de Ramón J. Sender, asesinada en Zamora en 1936, por restablecer su honor tras ser calumniada en la prensa zamorana por alguien que buscó vengarse del libro Muerte en Zamora, escrito por Ramón Sender Barayón muchos años antes. Finalmente se expone una historia que muestra los excesos a los que ha conducido en ocasiones el boom de la memoria. En este caso fueron una periodista y un viejo falangista los que fraguaron otra calumnia: acusar a un inocente, Antonio Martínez Borrego, de ser el delator que provocó una importante redada en 1948.Hay más historias elegido doce que recorren nuestra historia reciente desde la transición para acá y de las que cuatro están aún pendientes de sentencia o de resolución definitiva. Y si arriba se decía que lo que ha estado y está en juego es la historia oral hay que añadir para acabar que la solución no vendrá de la Justicia sino del Parlamento. En definitiva, ningún caso de estos habría prosperado sin la amnistía del 77 y sin la sistemática destrucción de los Archivos del Movimiento acometida desde Gobernación por Rodolfo Martín Villa ese mismo año, base de las políticas de olvido realizadas por los diferentes gobiernos desde la transición. …………………………………………………………………………………………………………………


Francisco Espinosa Maestre (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1954). Historiador y Doctor en Historia, es coordinador científico del proyecto Todos los nombres (www.todoslosnombres.org). Autor de diversos libros y artículos sobre la República, la guerra civil y la represión franquista en el suroeste y sobre su memoria e investigación posterior. Entre sus obras destacan La guerra civil en Huelva (1996), La justicia de Queipo (2000), La columna de la muerte (2003), El fenómeno revisionista o los fantasmas de la derecha española (2005), Contra el olvido (2006) y La primavera del Frente Popular (2007).

2 comentarios:

  1. Admiré mucho el trabajo de Espinosa Maestre en Contra el olvido y el libro me fue muy útil al escribir la tesis -- el nuevo parece muy interesante también.

    Algunos casos mencionados en el post me suenan de las noticias y me hacen pensar en otro. Me pregunto si el autor del libro comenta la película documental de 2005 (emitida en 1996 por primera vez en Inglaterra) de C.M. Hardt, "Death in El Valle/Muerte en El Valle" (parte del ciclo "Imágenes contra el olvido"), en la que la directora se enfrenta cara a cara con uno de los verdugos (y en casa de él) de su abuelo y lo identifica por nombre. Que yo sepa, nadie la ha denunciado por hacerlo, pero es ya otro ejemplo de alguien que se niega a borrar el nombre de quien mató al abuelo.

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  2. Anónimo12:52 p. m.

    El amigo Javier Gavira me advierte de esta entrada y del comentario. Gracias a ambos. Tengo que reconocer que el documental de Cristina Hardt me impresionó y no sólo por la increíble escena con el guardia civil y señora sino en general: el pueblo, la familia, la bisabuela, etc. Sin duda es uno de mis documentales favoritos de ese magnífico proyecto que fue "Imágenes contra el olvido". Habría razones sobradas para haberlo incluido en "Callar al mensajero", pero hay un problema: todos los casos tratados, bien porque dieron lugar a demandas o porque provocaron debate público, generaron una documentación que posibilita profundizar en ellos. Ignoro si con "Muerte en El Valle", ya que no existió demanda, hubo al menos algo parecido a lo ocurrido, por ejemplo, con el caso de Amparo Barayón. No obstante, mi objetivo principal al hacer el libro no era dedicarlo a quienes hemos dado en nuestras investigaciones nombres de asesinos y no nos ha pasado nada sino a quienes por darlos les han llovido demandas interpuestas por los descendientes. Saludos cordiales, Francisco Espinosa Maestre.

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