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Los familiares encontraron cerradas las puertas del cementerio donde se iba a celebrar el acto. El alcalde asegura que estos vecinos de Pedro Bernardo no se lo comunicaron
En el pueblo abulense de Pedro Bernardo, los familiares de las víctimas del franquismo encuentran serias dificultades cada vez que tratan de honrar a los republicanos asesinados entre septiembre y octubre de 1936.
Hace dos años, un juez anuló un acuerdo del pleno del Ayuntamiento que posibilitó la retirada de una placa falangista y, el pasado sábado, estos familiares se encontraron las puertas del cementerio municipal, donde tenían previsto hacer un homenaje, cerradas con esmero. Varias cadenas con candados colocados el día antes en la puerta del camposanto impidieron la entrada al cerca del medio centenar de personas que pretendía inaugurar un monolito en recuerdo de los 23 civiles fusilados de Pedro Bernardo.
El presidente de la asociación Memoria Viva, Pedro Romero de Castilla, asegura que desde 2005 tienen autorización del consistorio, gobernado ahora por el PP, para realizar ese acto de homenaje. "No lo habíamos hecho hasta ahora porque no teníamos dinero. No tenemos subvención y esta iniciativa la hemos sufragado entre particulares y familiares de las víctimas", aclara sobre el monolito que levantaron hace varios días en el interior del recinto.
El monolito se levantó en recuero de los 23 asesinados, muchos de ellos aún desaparecidos o en cunetas de la 501
"La puerta del cementerio siempre está abierta, pero el sábado nos la encontramos con cadenas y cerrojos, por lo que tuvimos que hacer el homenaje fuera", explica Isabel Fernández Navas, concelaja socialista en la anterior corporación, que añade que avisaron del acto a la Subdelegación del Gobierno en Ávila con varios días de antelación.
Fernández formó parte del gobierno de la pasada legislatura junto con Coalición Independiente tras una moción de censura que apartó al alcalde del PP, Alberto Sánchez, nuevamente elegido en las pasadas elecciones.
Sánchez alega que los familiares no le habían comunicado sus intenciones. "Me llamaron de la Subdelegación para saber si había autorización del ayuntamiento y les respondí que no conforme a lo que me dijeron los técnicos", indica y asegura desconocer si las anteriores corporaciones concedieron el permiso pertinente para realizar el acto de homenaje dentro del cementerio.
El regidor también niega que colocara varios candados y cadenas en las puertas del camposanto. "Es un lugar municipal, a unos cuatro kilómetros del pueblo y siempre está cerrado, pero rompen los candados, por eso pusimos uno el día antes", argumenta a pesar de las fotos que tomaron los familiares donde se aprecian varias cerraduras.
Con esas mismas imágenes como prueba, 25 familiares presentaron una denuncia conjunta contra el alcalde en el cuartel de la Guardia Civil el mismo día del homenaje frustrado.
Las amenazas por parte de los poderes religiosos o políticos hacia aquellos que defienden la aplicación de la ley de memoria histórica son ya una práctica habitual en este municipio del Valle del Tiétar, según algunos de sus vecinos. Isabel Fernández sabe bien lo que es vivir con esos temores después de que el cura pusiera su nombre subrayado en la puerta de la Iglesia cuando retiraron la polémica placa falangista en aplicación de la Ley 52/2007. Ahora asegura que es el propio regidor quien dice que le hará "la vida imposible", denuncia.
El alcalde defiende que el cementerio siempre está cerrado y que carecía de información sobre el acto
Romero de Castilla defiende el derecho que tienen los descendientes de los republicanos asesinados a recordar a sus familiares. "Solo queríamos hacer un homenaje pacífico y humano hacia nuestros desaparecidos y un alcalde no nos lo puede impedir", denuncia sobre lo que define como una "actitud caciquil" del regidor.
Aplicación discrecional de la ley
Una asignatura pendiente que tendrá que resolver el nuevo consistorio es la aplicación de la ley de memoria histórica en lo referente a símbolos. El alcalde tiene claro que "si hay que quitar los vestigios, se quitarán", pero que antes "tendrá que desarrollarse esa norma".
Sánchez se refiere a una pintura que ensalza al fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, en la fachada de la iglesia y que apareció debajo de la placa de mármol que retiró la anterior corporación.
Mientras, los familiares avanzan que seguirán intentando rendir el tributo a aquellos que murieron por tener ideas "de izquierdas". "El homenaje es simbólico porque muchos de ellos se encuentran en las cunetas de la carretera 501 que, con la ampliación de sus márgenes, quedaron sepultados para siempre", lamenta Romero. Es el caso de Manuel Sánchez y su hijo de 14 años, fusilados el 5 de octubre de 1936.
Isabel resume la complejidad para recordar la memoria de las víctimas: "Este pueblo es muy complicado". Tanto, que incluso en las placas que acompañaban al monolito no pudieron poner el nombre de los 23 fusilados, sino tan sólo de cinco de ellos cuyos familiares sí aceptaron realizar este homenaje.
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