Reconstruyendo senderos de la memoria, exhumando fosas, recuperando dignidades
El segundo acto de las IX Jornadas de Dignificación y Recuperación de la Memoría Histórica contó con la presencia de Luis Naranjo Cordobés, Director General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía y del alcalde Juan Antonio Zambrano, con el testimonio de Santiago Fernández, representante de ARMH, y con las ponencias de Javier Gavira Gil y de Mari Carmen España.
Luis Naranjo Cordobés afirmó que "es un honor estar en un acto de compromiso con la verdad histórica, un acto de justicia para las víctimas del franquismo, que ayuda a construir nuestra identidad como pueblo" y aseguró que "nuestra obligación es construir un relato veraz, mayoritario y hegemónico de lo que ocurrió en contra del deseo del franquismo de ocultar sus crímenes y tergiversar el pasado".
Por su parte, Santiago Fernández comentó algunos aspectos de la exposición itinerante Exhumando fosas. Recuperando libertades, actualmente presente en la misma Sala Carrera auspiciada por la ARMH (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica), cuyo principales objetivos son "la difusión de la verdad histórica y , sobre todo, la exhumación, para que las fosas se conviertan en lugares de pedagogía que contribuyan a la recuperación del olvido".
El alcalde de Marchena Juan Antonio Zambrano, tras elogiar la labor de DIME y de Javier Gavira, mostró su satisfacción porque las Jornadas "se hayan convertido en un lugar de encuentro en el que se cuente la historia como debió ser contada".
La primera de las ponencias corrió a cargo de Javier Gavira Gil, profesor, investigador y coordinador de las citadas Jornadas,quien hizo un "recorrido por lugares de memoria, de una historia presente de represión y de lucha por la libertad".
Expuso Javier Gavira un análisis histórico de cada uno de ellos "con un fin didáctico y de reparación de los que dejaron su vida por la libertad. Así, a través de diapositivas, todos los presentes, que abarroban la Sala Carrera pudieron recorrer este sendero de la memoria, deteniéndose en lugares tan significativos como el Museo de la Memoria, enclavado en la propia sede de DIME, verdadero centro de interpretación y lugar de partida, para continuar por el denominado Callejón de la Sangre, "donde fueron asesinados 17 marcheneros, cuya sangre dicen las fuentes orales que corrían calle abajo"; el Antiguo Ayuntamiento, donde hoy luce un azulejo en memoria de los ediles asesinados; la Casa Cuartel de la Guardia Civil en calle Ánimas, muy cerca de la Plazuela dedicada al alcalde Luis Arispón y donde se produjo la "primera batalla", antes de aparecer el "contigente golpista procedente de Écija"; la Puerta de la Memoria, obra de Fernando España, donde muy cerca el 19 de julio de 1936 se produjo la "primera víctima mortal como consecuencia del golpe de estado en Marchena, un joven miliciano de 23 años"; la Central Telefónica "tomada tras corta y asimétrica batalla de fusiles y ametralladoras contra escopetas"; el Depósito Municpal "por el que pasaron cientos de marcheneros y marcheneras antes de ser asesinados en las tapias del cementerio municipal; la Casa Socorro y el Cuartel de Falange, "lugar de torturas"; el Centro Obrero "lugar de reunión de sindicatos y agrupaciones políticas, al que intentaron incendiar y donde se produjo la última batalla"; y finalmente las fosas del cementerio "desgraciadamente el último lugar de muchos marcheneros y marcheneras, en torno a unos 200, víctimas del brutal genocidio represivo de 1936, cuyos cuerpos fueron trasladados a las fosas comunes, muy cerca de donde el 1 de mayo de 2007 se inauguró una placa con el nombre de las 181 víctimas de la sangrienta represión golpista en Marchena".
El historiador marchenero concluyó su intervención con la siguiente reflexión: " Hasta aquí hemos llegado en la reconstrucción de nuestra historia reciente, si habéis recorrido este sendero, contextualizado, analizado e interpretado los hitos de estos enclaves, habréis logrado llegar a un tesoro incalculable, el de nuestra memoria histórica y democrática. Salud y memoria".
Bajo el título Arqueología, de la violencia, arquelogía de la verdad: Las fosas de La Puebla de Cazalla, desarrolló su ponencia Mari Carmen España, historiadora y miembro de la Asociación Romance Juan García y que lleva desde 2005 luchando para poder abrir la fosa de La Puebla de Cazalla, para recuperar los restos de su abuelo, enterrado bajo una escombrera junto a la de cientos de represaliados de Morón, La Puebla, La Lantejuela y Marchena; su lucha ha sido llevada al cine y a la televisión en Alemania, Suecia y Noruega.
Hizo una minuciosa exposición de los trabajos realizados en el cementerio San José de Puebla de Cazalla, desde el adecentamiento del lugar que era usado como escombrera, pasando por la aparición de los tres primeros cuerpos en 2006, hasta la reciente reanudación de los trabajos de exhumación, que han estado paralizados durante cuatro años "por falta de presupuesto y por la proximidad de nichos de osario que hacían inviable seguir profundizando en la fosa principal, denominada fosa del Carnero".
Se observa cómo los cuerpos están dispuestos en varias capas y en distintas posiciones, y hasta el momento se han "individualizado un total de 66 cuerpos en las diferentes campañas, que están a la espera de ser identificados con los estudios pertinentes de ADN".
Muchas de las fotografías expuestas por Mari Carmen España muestran los cráneos con los proyectiles incrustados, múltiples facturas en diferentes partes de los cuerpos, ataduras en las manos colocadas en la espalda de "muertos que dejan el ámbito familiar para ser muertos de la sociedad española e internacional y que al rescatarlos del olvido sus familias quedamos en paz y la sociedad también".
La conferenciante apeló también a la responsabilidad del Estado y de la Junta de Andalucía "que deben asumir su deber y poner al servicio de las víctimas todos sus recursos". Finalmente resumió su intervención en un audiovisual, con letra y música de Serrat: "Para la libertad..."
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