domingo, 16 de abril de 2017

Una ley de Memoria para superar el postfranquismo en Andalucía




"Quiero pedirles perdón porque llegamos muy tarde, muy muy tarde". Con estas palabras pronunciadas mientras atacaba los primeros acordes al piano de L’estaca se dirigió Lluis Llach a las 741 republicanas y republicanos, 741 demócratas que asistieron a un homenaje en su honor el 25 de junio de 2004.
Fue un emotivo acto en el que participaron poetas, escritores y músicos. Quizá el primer homenaje de esa magnitud desde la muerte de Franco. Y si ellos llegaban tarde, más tarde aún llega el Parlamento de Andalucía con la ley de Memoria Histórica y Democrática que ha entrado en vigor esta semana, 36 años después de que Andalucía accediese a su autonomía, y cuando se cumplen 40 años de las primeras elecciones democráticas. Llegamos demasiado tarde para quienes nos abandonaron después de mucho esperar sin poder enterrar dignamente a sus seres queridos. A ellas y a ellos, aunque ya no nos pudieran oír, les pedimos perdón en primer lugar desde la tribuna de oradores el día que se debatió en pleno la ley. Y se lo pedimos también a los descendientes de las víctimas del franquismo que nos acompañaban en la tribuna de invitados.
Llegábamos tarde, pero el tiempo transcurrido no podía ser excusa para no honrar a quienes dieron la vida por defender la democracia, la justicia y la libertad, honrando a la vez los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición a que nos compromete el Derecho Internacional a través de los convenios suscritos por España.
En ningún caso se trata de reabrir heridas, porque el olvido, la amnesia obligatoria que diría Eduardo Galeano, es una herida abierta para decenas de miles de familias andaluzas que han vivido con un dolor que no se extingue en quienes lo sufrieron en primera persona. Un dolor que se ha transmitido de generación en generación y que sigue muy vivo hoy. Un dolor que llevó a los nietos a hacer lo que los hijos, atenazados aún por el miedo, no pudieron hacer, a buscar con sus propias manos a sus abuelas y abuelos sin esperar ninguna ley ni, por supuesto, ninguna subvención.
 - Ponente por Podemos de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía

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