Fuente: http://www.todoslosnombres.org/
El próximo sábado día 25 de Agosto, se seguirá –hasta acabar- con la
exhumación iniciada hace un año, menos un día, el 26 de Agosto de 2006, por
eso de la “lentitud de la justicia”. Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar
García permanecen como otros muchos de la cuenca minera de Huelva, en
medio del campo, a la sombra de una encina, como casi todo el pueblo de
Zalamea sabía.
Varios cientos de metro más cerca del pueblo, en una vía pecuaria, otro enterramiento “ilegal” parece acompañarle, aunque este es más visible y está perfectamente señalizado con una pequeña cruz de hierro y la alambrada lo rodea casi totalmente, respetando ese espacio.
Esteban Caballero (nieto del matrimonio fusilado) ha tenido que esperar muchos años para encontrar el apoyo de los vecinos de sus abuelos para dar el paso de intentar la exhumación, y un año más para que esta se pueda realizar sin ningún problema de carácter judicial, mientras durante el año transcurrido el agua ha cubierto los restos por última vez.
Esta vez sí serán trasladados los restos al cementerio con el apoyo
técnico y moral de la Asociación Andaluza "Memoria Histórica y
Justicia" (AMHyJA), del Ayuntamiento de Zalamea y de otros muchos
vecinos de este pueblo de la Cuenca.
....................................................................................................................
Antecedentes:
Un mes de la exhumación (septiembre 2006)
http://zalamealareal.blogspot.com/2006_09_01_archive.html
El pasado 26 de agosto, como bien dio a conocer la redacción de este diario
digital, se procedía en la finca Valle Juaniani a la exhumación de los cadáveres de
Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar García, trabajadores del campo que vivían el la Huerta del Cano, ejecutados el 30 de julio de 1937 (Según los archivos militares. Fueron detenidos el 4 de marzo de 1938, se les instruyó un procedimiento sumarísimo (740/39), y fueron asesinados por aplicación
del Bando de Guerra, el día 11.3.38 a "trescientos metros de El Cabezuelo", tras aplicárseles el Bando de Guerra).Tras la cata del terreno y la comprobación de los expertos de la existencia de restos óseos pertenecientes a seres humanos, el acto se paralizó a la espera de las conclusiones emitidas por el Juzgado competente en la zona. Hoy, un mes después de aquel acontecimiento, la fosa sigue en medio del campo, acordonada por el precinto de la Guardia Civil, y con el terreno en muy mal
estado debido a las lluvias caídas desde entonces. La situación de total
abandono es evidente."
..................................................................................................................
Zalamea abre su primera fosa de la Guerra Civil
http://zalamealareal.blogspot.com/2006_08_01_archive.html
En la calurosa mañana del sábado 26 de agosto de 2006, bajo al auxilio de la
sombra de las encinas que daban cobijo a todos los congregados en el lugar, se
ha iniciado el guión de un nuevo episodio en el devenir histórico de Zalamea la
Real. Arropado por miembros de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de
Andalucía, venidos desde Sevilla y de diferentes puntos de la provincia de
Huelva, por algunos zalameños que han ofrecido su trabajo físico para llevar a
cabo el proceso, y por Manuel Pichardo Bolaños, que ha gestionado los
elementos necesarios para llevar a cabo todo este propósito, Esteban Caballero,
zalameño afincado en Barcelona, veía como se hacía realidad uno de sus
sueños: hacer justicia con sus dos abuelos, asesinados y enterrados vilmente
en el verano de 1937, en pleno proceso de represión llevado a cabo durante la
contienda civil española.
Con pico y pala en mano se iniciaba la excavación del lugar. Una bandera
tricolor, hincada en el basto suelo cerca de la fosa funeraria por el luchador
valverdeño Arturo Carrasco, que no pudo quitar ojo del trabajo en todo
momento, daba el toque de color a una mañana en blanco y negro.
Perimetrada la tumba por el propio Esteban Caballero, gracias a las indicaciones
realizadas por su padre, que conocía el lugar exacto donde sus progenitores
habían sido ejecutados, se procedió a la búsqueda de los restos óseos.
Tras casi una hora de trabajo, donde la honda profundidad del agujero ya
excavado y la ausencia de indicios hacía indicar que la ubicación no podría ser
la correcta, aparecieron pequeños fragmentos de lo que podría ser un fémur o
un húmero humanos. La emoción se hizo patente entre los presentes, sobre
todo en el rostro del nieto de los fallecidos, Esteban, y de aquellos que había
estado procediendo a la excavación del mismo. En ese momento se detuvo el
proceso ante la decisión de dar parte de lo acaecido a la Guardia Civil, aunque
esto no fue necesario, puesto que dos agentes del SEPRONA, que pasaban
“casualmente” por la zona, accedieron al lugar de la exhumación y tras indicar
que se detuviera todo el proceso para ajustarse a la legalidad, dieron parte al
puesto del Cuerpo de Zalamea.
Tras la inspección del sitio por parte de al menos 7 agentes de la Benemérita, el
Sargento procedió a la toma de declaraciones a los responsables del acto y la solicitud de permisos procedentes para el mismo. Una vez
realizado todo ello, se dio parte al mando Civil de la zona (en este caso el Teniente de la Guardia Civil sito en Calañas, ante la ausencia por vacaciones del Capitán del puesto de Valverde del Camino) que vino junto con miembros de la Policía Judicial. Ésta se haría cargo de la investigación del hallazgo de los cuerpos. Más tarde
acudiría el Médico-Forense venido desde Aracena, que daría buena cuenta de lo
hallado al Juez encargado y pondría en funcionamiento los engranajes de la
justicia.
La zona ha sido precintada ante la espera de la decisión que tomará el Juez
para proceder a la consumación de la exhumación mediante arqueólogos
especializados o técnicos forenses.
Esteban Caballero nos indica, que Manuel Pichardo le había propuesto la
operación de exhumación de los cuerpos de sus abuelos, gracias al apoyo que
otorgaban las leyes de recuperación de la Memoria Histórica que se están
aplicando en Andalucía. Una vez comentado el hecho con su hermano mayor, y
dado éste su consentimiento, se prodeció al acto. El dueño de la finca donde
supuestamente se hallaban los cuerpos también otorgó los permisos para que
dieran comienzo los trabajos.
Cada vez que volvía de Barcelona, Esteban Caballero se acercaba por el lugar donde su padre le había indicado que se encontraban los cuerpos asesinados de sus abuelos, limpiando de maleza la zona y señalándola con piedras para
no olvidar su ubicación.
A Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar García, trabajadores del campo que vivían el la Huerta del Cano, se les ejecutó, según nos indica Manuel Pichardo, el 30 de julio de 1937, tras aplicárseles el Bando de Guerra.
Los restos, una vez consumada la exhumación, según deseos de Esteban
Caballero, descansarán en paz haciendo justicia a su memoria en el cementerio
de Zalamea la Real.
Informa y apoya:
CGT .Grupo DE trabajo RMHS de Andalucía.
DIME..Asociación Dignidad y Memoria. Marchena ( Sevilla)
El próximo sábado día 25 de Agosto, se seguirá –hasta acabar- con la
exhumación iniciada hace un año, menos un día, el 26 de Agosto de 2006, por
eso de la “lentitud de la justicia”. Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar
García permanecen como otros muchos de la cuenca minera de Huelva, en
medio del campo, a la sombra de una encina, como casi todo el pueblo de
Zalamea sabía.
Varios cientos de metro más cerca del pueblo, en una vía pecuaria, otro enterramiento “ilegal” parece acompañarle, aunque este es más visible y está perfectamente señalizado con una pequeña cruz de hierro y la alambrada lo rodea casi totalmente, respetando ese espacio.
Esteban Caballero (nieto del matrimonio fusilado) ha tenido que esperar muchos años para encontrar el apoyo de los vecinos de sus abuelos para dar el paso de intentar la exhumación, y un año más para que esta se pueda realizar sin ningún problema de carácter judicial, mientras durante el año transcurrido el agua ha cubierto los restos por última vez.
Esta vez sí serán trasladados los restos al cementerio con el apoyo
técnico y moral de la Asociación Andaluza "Memoria Histórica y
Justicia" (AMHyJA), del Ayuntamiento de Zalamea y de otros muchos
vecinos de este pueblo de la Cuenca.
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Antecedentes:
Un mes de la exhumación (septiembre 2006)
http://zalamealareal.blogspot.com/2006_09_01_archive.html
El pasado 26 de agosto, como bien dio a conocer la redacción de este diario
digital, se procedía en la finca Valle Juaniani a la exhumación de los cadáveres de
Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar García, trabajadores del campo que vivían el la Huerta del Cano, ejecutados el 30 de julio de 1937 (Según los archivos militares. Fueron detenidos el 4 de marzo de 1938, se les instruyó un procedimiento sumarísimo (740/39), y fueron asesinados por aplicación
del Bando de Guerra, el día 11.3.38 a "trescientos metros de El Cabezuelo", tras aplicárseles el Bando de Guerra).Tras la cata del terreno y la comprobación de los expertos de la existencia de restos óseos pertenecientes a seres humanos, el acto se paralizó a la espera de las conclusiones emitidas por el Juzgado competente en la zona. Hoy, un mes después de aquel acontecimiento, la fosa sigue en medio del campo, acordonada por el precinto de la Guardia Civil, y con el terreno en muy mal
estado debido a las lluvias caídas desde entonces. La situación de total
abandono es evidente."
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Zalamea abre su primera fosa de la Guerra Civil
http://zalamealareal.blogspot.com/2006_08_01_archive.html
En la calurosa mañana del sábado 26 de agosto de 2006, bajo al auxilio de la
sombra de las encinas que daban cobijo a todos los congregados en el lugar, se
ha iniciado el guión de un nuevo episodio en el devenir histórico de Zalamea la
Real. Arropado por miembros de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de
Andalucía, venidos desde Sevilla y de diferentes puntos de la provincia de
Huelva, por algunos zalameños que han ofrecido su trabajo físico para llevar a
cabo el proceso, y por Manuel Pichardo Bolaños, que ha gestionado los
elementos necesarios para llevar a cabo todo este propósito, Esteban Caballero,
zalameño afincado en Barcelona, veía como se hacía realidad uno de sus
sueños: hacer justicia con sus dos abuelos, asesinados y enterrados vilmente
en el verano de 1937, en pleno proceso de represión llevado a cabo durante la
contienda civil española.
Con pico y pala en mano se iniciaba la excavación del lugar. Una bandera
tricolor, hincada en el basto suelo cerca de la fosa funeraria por el luchador
valverdeño Arturo Carrasco, que no pudo quitar ojo del trabajo en todo
momento, daba el toque de color a una mañana en blanco y negro.
Perimetrada la tumba por el propio Esteban Caballero, gracias a las indicaciones
realizadas por su padre, que conocía el lugar exacto donde sus progenitores
habían sido ejecutados, se procedió a la búsqueda de los restos óseos.
Tras casi una hora de trabajo, donde la honda profundidad del agujero ya
excavado y la ausencia de indicios hacía indicar que la ubicación no podría ser
la correcta, aparecieron pequeños fragmentos de lo que podría ser un fémur o
un húmero humanos. La emoción se hizo patente entre los presentes, sobre
todo en el rostro del nieto de los fallecidos, Esteban, y de aquellos que había
estado procediendo a la excavación del mismo. En ese momento se detuvo el
proceso ante la decisión de dar parte de lo acaecido a la Guardia Civil, aunque
esto no fue necesario, puesto que dos agentes del SEPRONA, que pasaban
“casualmente” por la zona, accedieron al lugar de la exhumación y tras indicar
que se detuviera todo el proceso para ajustarse a la legalidad, dieron parte al
puesto del Cuerpo de Zalamea.
Tras la inspección del sitio por parte de al menos 7 agentes de la Benemérita, el
Sargento procedió a la toma de declaraciones a los responsables del acto y la solicitud de permisos procedentes para el mismo. Una vez
realizado todo ello, se dio parte al mando Civil de la zona (en este caso el Teniente de la Guardia Civil sito en Calañas, ante la ausencia por vacaciones del Capitán del puesto de Valverde del Camino) que vino junto con miembros de la Policía Judicial. Ésta se haría cargo de la investigación del hallazgo de los cuerpos. Más tarde
acudiría el Médico-Forense venido desde Aracena, que daría buena cuenta de lo
hallado al Juez encargado y pondría en funcionamiento los engranajes de la
justicia.
La zona ha sido precintada ante la espera de la decisión que tomará el Juez
para proceder a la consumación de la exhumación mediante arqueólogos
especializados o técnicos forenses.
Esteban Caballero nos indica, que Manuel Pichardo le había propuesto la
operación de exhumación de los cuerpos de sus abuelos, gracias al apoyo que
otorgaban las leyes de recuperación de la Memoria Histórica que se están
aplicando en Andalucía. Una vez comentado el hecho con su hermano mayor, y
dado éste su consentimiento, se prodeció al acto. El dueño de la finca donde
supuestamente se hallaban los cuerpos también otorgó los permisos para que
dieran comienzo los trabajos.
Cada vez que volvía de Barcelona, Esteban Caballero se acercaba por el lugar donde su padre le había indicado que se encontraban los cuerpos asesinados de sus abuelos, limpiando de maleza la zona y señalándola con piedras para
no olvidar su ubicación.
A Francisco Caballero Gómez y Rosario Palmar García, trabajadores del campo que vivían el la Huerta del Cano, se les ejecutó, según nos indica Manuel Pichardo, el 30 de julio de 1937, tras aplicárseles el Bando de Guerra.
Los restos, una vez consumada la exhumación, según deseos de Esteban
Caballero, descansarán en paz haciendo justicia a su memoria en el cementerio
de Zalamea la Real.
Informa y apoya:
CGT .Grupo DE trabajo RMHS de Andalucía.
DIME..Asociación Dignidad y Memoria. Marchena ( Sevilla)
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