lunes, 5 de agosto de 2013

El colector de heliópolis y los esclavos del franquismo

Elmundo .Andalucia /Eduardo del Campo/ 4/08/2013


No queda ni rastro. Ni materiales, ni apenas recuerdos, tragados por  el olvido, el tiempo y la desmemoria voluntaria. Pero aquí, donde  ahora los trabajadores construyen bajo el sol de agosto el nuevo  parque sobre el antiguo cauce del río Guadaira, junto a las casas  señoriales de Heliópolis, aquí, junto a la carretera portuaria de Las  Razas (Ante La Raza, en singular) y la gran nave, al otro lado de la  calzada, de la constructora Acciona, aquí, casi a la sombra del puente  del Centenario y muy cerca de la dársena del Puerto Este de Sevilla,  estuvo desde 1938 hasta 1941 un campo de concentración de prisioneros  políticos, esclavos del franquismo.

En otros países donde honran a sus víctimas y a sus héroes habría  desde hace tiempo algo que los recordase, pero no aquí: han pasado 75  años desde la apertura del Campo de Concentración de Prisioneros de  Heliópolis, o también conocido como campo de concentración del  Colector, pero no hay ninguna señal, en una ciudad tan llena de placas  dedicadas a sus más o menos ilustres, que recuerde al menos que en  este paisaje vivieron los hombres que construyeron como trabajadores  forzados el gran desagüe municipal de Heliópolis.

No será porque nadie lo haya pedido: el sindicato CGT lleva desde 2002  pidiendo que se señale esta zona como lugar de memoria y la ciudad  rinda homenaje a los que trabajaron como esclavos para ella, como  recuerda el coordinador de su grupo Recuperando la Memoria de la  Historia Social de Andalucía, Cecilio Gordillo. Los gobernantes  anteriores del PSOE, IU y PA, dice Gordillo, no atendieron su  petición, y ahora el colectivo ha vuelto a intentarlo con el ejecutivo  actual del PP del alcalde Juan Ignacio Zoido para ver si esta vez, 75  años después, se hace justicia. Por la sencilla razón de que "el campo  de concentración de El Colector lo promovió el Ayuntamiento".

La gran alcantarilla, de entre 4 y 5 kilómetros de largo y unos tres  metros de diámetro, que resolvió el problema higiénico del desagüe de  los ricos barrios de Heliópolis y La Palmera, era una obra municipal.  Esclavos políticos que sirvieron con su sudor a Sevilla y en  particular a la zona burguesa construida para la Exposición de 1929.  La obra la adjudicó el gobierno franquista durante la guerra civil a  la empresa constructora, luego integrada en la actual Acciona, cuya  nave se alza en el entorno donde estuvo el lager ahora borrado  del mapa.

Es un buen momento para saldar aunque sea simbólicamente esta deuda,  porque frente a donde estuvo el campo, junto a las obras del colector,  se está construyendo el nuevo parque municipal sobre en antiguo cauce  del río Guadaira, en terrenos cedidos por la Confederación  Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). Ese espacio público sería el  lugar idóneo por su visibilidad ciudadana, dice Gordillo. Aclara que  sólo piden permiso municipal para colocar allí, pagándolo el colectivo  memorialista, una inscripción junto a un pequeño monumento (cuya  maqueta ya han diseñado) que representaría un fragmento de colector a  escala reducida-

Explica que hace un año y medio hablaron con el portavoz municipal del  PP y presidente del partido en Sevilla, Juan Bueno y que ante la falta  de respuesta han vuelto a la carga reuniéndose el pasado día 5 de  julio con el delegado municipal del Distrito de La Palmera. Dice  Gordillo que el delegado municipal propuso crear una comisión  negociadora con el Puerto y la CHG, algo que el representante de la  asociación considera innecesario. "Que no estamos pidiendo un millón  de euros que cada parte tenga que poner su parte!", exclama. Recuerda  Cecilio que el presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel  Fernández (y éste así lo confirma luego a este diario) apoya la  iniciativa, por la parte que le toca al Puerto por ser suyos los  terrenos que ocupó el campo.

El colectivo por la Memoria Histórica lleva reclamándolo sin éxito  desde 2002

Los historiadores del colectivo tienen los planos del campo, que datan  de 1937, anteriores a la norma de 1938 que reguló el trabajo forzado.  Firmaron su creación el general Gonzalo Queipo de Llano; el presidente  de la Diputación, Joaquín Benjumea Burín; el alcalde de Sevilla, Ramón  de Carranza, excusando su asistencia por enfermedad el gobernador,  Pedro Parias González.

Sin embargo, no han encontrado fotos ni testimonios directos, por lo  que están pidiendo con carteles a los vecinos de Heliópolis su  colaboración por si pueden aportar más datos y documentos. Esa  información ayudaría a confirmar y ampliar relatos imprecisos, como  que por falta de obreros para hacer la obra las autoridades  autorizaron a la adjudicataria Entrecanales y Tavora a reclutar a mano  de obra entre los presos de la cárcel sevillana de Ranilla. El campo  de concentración, dice Cecilio Gordillo a partir de lo averiguado por  los historiadores, albergaba a 250 presos, más cien miembros del  personal entre vigilantes o cocineros. Allí fueron a parar los  prisioneros del campo de clasificación que había en Sanlucar la Mayor  cuando este cerró, muchos de ellos catalanes y valencianos.

Entre esos esclavos de la gran tubería de aguas sucias, según ha  llegado a sus oídos pero no han podido corroborar, estaba un  anarquista sevillano que era también un famoso capataz de pasos, al  que habrían salvado del fusilamiento sus hermanos de cofradía. "Cuando  llegaba la Semana Santa, lo dejaban salir para que llevara los pasos.  Pero no sabemos más".

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