jueves, 20 de noviembre de 2008

Hemeroteca: Corrreo de Andalucía. Hoy


La travesía de Paco Espinosa


Antonio Zoido
Mucho más atrás de la travesía del juez Garzón por la Memoria Histórica comenzó la de Francisco Espinosa, un sevillano extremeño que hace 25 años se presentó en una pequeña editorial con un manuscrito bajo el brazo: en él intentaba averiguar el número de republicanos fusilados en Sevilla mediante el procedimiento (casi el huevo de Colón) de contar los renglones en blanco del Libro de Enterramientos en los días de la rebelión militar. Hablamos de 1983, Franco había muerto ocho años antes, los andaluces teníamos la autonomía, Tejero estaba en la cárcel y Felipe en la Moncloa pero a nadie se le había ocurrido –o había querido– ir al cementerio y pedir el registro.Su libro no salió pero si, con el tiempo, un título para las líneas vacías del otro: Todos los nombres fue la asociación que quería rellenar esos renglones en España. Paco Espinosa siguió investigando y, aunque sus trabajos alcanzaran pocos éxitos en la Universidad, en la calle causaban conmoción. El libro La Columna de la muerte, a parte de fijar incontrovertiblemente la matanza de la Plaza de Toros de Badajoz, imprimió negro sobre blanco los nombres de los asesinados dse los pueblos entre Sevilla y aquella ciudad. Fue en cada uno de ellos un monumento, “la otra cruz de los caídos”. Paco Espinosa ha estado, junto a Julián Casanova, en la Comisión de Expertos que había armado Garzón para conseguir aquella fórmula rectora de la Cámara británica y de su democracia, que se haga lo justo. El rumbo de la travesía ha vuelto a complicarse porque ese barco siempre navegó entre tempestades, pero seguro que volverá a enderezarse porque ya es parte de la sociedad la que lo gobierna. Sin embargo, en medio de tanta hojarasca de homenajes, bien podría existir uno para capitanes intrépidos como éste. Sólo así se habrá hecho lo justo

Antonio Zoido es escritor e historiador

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