EFE. 3-11-2008
La bandera republicana que acompañó al último presidente de la República española, Manuel Azaña, hasta su fallecimiento y cubrió su féretro, será depositada en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. Linda Gregory, hija de uno de los guardaespaldas de Azaña, cuya familia conservaba la insignia tricolor, hizo entrega hoy de la misma al ministro de Cultura, César Antonio Molina. El acto finalizó con los aplausos de los asistentes, algunos de ellos al grito de "¡Viva la República!".
Mañana se cumple el 68 aniversario de la muerte de Azaña, que tuvo lugar durante su exilio en 1940 en el Hotel du Midi de Montauban (Francia). Con motivo de esta fecha, Linda Gregory hizo entrega al Ministerio de Cultura de la bandera republicana que cortejó el féretro del presidente, así como otros objetos y documentos.
Para la familia Gregory (el cabeza de familia fue el último guardaepaldas de Azaña), el presidente de la República era "como un familiar más".
Como recordó Linda Gregory, su padre, Jean Gregory de Valdés, que falleció en 2001, estuvo con Azaña hasta su muerte. Él, valenciano y militante de izquierdas, siempre guardó aquella bandera tricolor.
"Hoy vivimos la España que él siempre imaginó: constitucional y democrática"
"Mi padre era muy republicano, hasta la exageración. Más tarde entendimos el porqué", recordó Linda. Cuando fueron conscientes del valor de la insignia, escribieron al Gobierno español y, finalmente, decidieron cederla a Cultura.
Gregory fue testigo de la muerte de Azaña y presenció el incidente ocurrido poco antes de partir el cortejo fúnebre, cuando el prefecto de Montauban se dirigió al embajador mexicano para informarle -en su nombre y en el del general Petain, que "casualmente" llegaba ese día a la localidad- de que no permitiría ninguna manifestación pública de duelo en homenaje a Azaña, y amenazó con disolverla violentamente si se producía. Finalmente, el prefecto la autorizó, con la condición de que la bandera republicana no cubriera el ataúd, motivo por el que sería cubierto con la bandera del país que lo protegió en sus últimos meses de vida, como detalló Molina.
"Simboliza la integridad de un hombre"
"Hoy vivimos la España que él siempre imaginó: constitucional y democrática", señaló el ministro de Cultura, que será el encargado de trasladar la bandera al centro de Salamanca en su próxima visita.
"Esta bandera simboliza la integridad de un hombre que vivió la política como máxima expresión de la cultura", agregó.
Hace un año Cultura recibió el único discurso con "voz viva" de don Manuel Azaña, un "emocionante discurso" titulado Paz, piedad, perdón, cuya grabación digital acompaña las 'Obras Completas' que preparó el profesor Santos Juliá, y que en este acto Molina hizo entrega a Linda Gregory.
"Recibimos y os agradecemos la entrega de esta bandera, tan llena de valor simbólico y testimonial. Y al mismo tiempo queremos trasladaros el reconocimiento público y la restitución moral para Don Manuel Azaña y para los miles de compatriotas que padecieron el dolor y el sufrimiento del exilio durante las cuatro largas décadas de la dictadura franquista", concluyó Molina, que quiso dar las gracias por la entrega de este símbolo "tan preciado".
La bandera republicana que acompañó al último presidente de la República española, Manuel Azaña, hasta su fallecimiento y cubrió su féretro, será depositada en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. Linda Gregory, hija de uno de los guardaespaldas de Azaña, cuya familia conservaba la insignia tricolor, hizo entrega hoy de la misma al ministro de Cultura, César Antonio Molina. El acto finalizó con los aplausos de los asistentes, algunos de ellos al grito de "¡Viva la República!".
Mañana se cumple el 68 aniversario de la muerte de Azaña, que tuvo lugar durante su exilio en 1940 en el Hotel du Midi de Montauban (Francia). Con motivo de esta fecha, Linda Gregory hizo entrega al Ministerio de Cultura de la bandera republicana que cortejó el féretro del presidente, así como otros objetos y documentos.
Para la familia Gregory (el cabeza de familia fue el último guardaepaldas de Azaña), el presidente de la República era "como un familiar más".
Como recordó Linda Gregory, su padre, Jean Gregory de Valdés, que falleció en 2001, estuvo con Azaña hasta su muerte. Él, valenciano y militante de izquierdas, siempre guardó aquella bandera tricolor.
"Hoy vivimos la España que él siempre imaginó: constitucional y democrática"
"Mi padre era muy republicano, hasta la exageración. Más tarde entendimos el porqué", recordó Linda. Cuando fueron conscientes del valor de la insignia, escribieron al Gobierno español y, finalmente, decidieron cederla a Cultura.
Gregory fue testigo de la muerte de Azaña y presenció el incidente ocurrido poco antes de partir el cortejo fúnebre, cuando el prefecto de Montauban se dirigió al embajador mexicano para informarle -en su nombre y en el del general Petain, que "casualmente" llegaba ese día a la localidad- de que no permitiría ninguna manifestación pública de duelo en homenaje a Azaña, y amenazó con disolverla violentamente si se producía. Finalmente, el prefecto la autorizó, con la condición de que la bandera republicana no cubriera el ataúd, motivo por el que sería cubierto con la bandera del país que lo protegió en sus últimos meses de vida, como detalló Molina.
"Simboliza la integridad de un hombre"
"Hoy vivimos la España que él siempre imaginó: constitucional y democrática", señaló el ministro de Cultura, que será el encargado de trasladar la bandera al centro de Salamanca en su próxima visita.
"Esta bandera simboliza la integridad de un hombre que vivió la política como máxima expresión de la cultura", agregó.
Hace un año Cultura recibió el único discurso con "voz viva" de don Manuel Azaña, un "emocionante discurso" titulado Paz, piedad, perdón, cuya grabación digital acompaña las 'Obras Completas' que preparó el profesor Santos Juliá, y que en este acto Molina hizo entrega a Linda Gregory.
"Recibimos y os agradecemos la entrega de esta bandera, tan llena de valor simbólico y testimonial. Y al mismo tiempo queremos trasladaros el reconocimiento público y la restitución moral para Don Manuel Azaña y para los miles de compatriotas que padecieron el dolor y el sufrimiento del exilio durante las cuatro largas décadas de la dictadura franquista", concluyó Molina, que quiso dar las gracias por la entrega de este símbolo "tan preciado".
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