Desde DIME, nos sentimos profundamente orgullosos del candil en modalidad de Asociaciónes. Agradecer a los organizadores del evento que nos hayan tomado en cuenta, y cosas así y más viniendo de gente comprometida cultural y socialmente son las que nos dan fuerzas para continuar avanzando. La lumbre de este candil siempre la tendremos presente y nos alumbrará frente a la oscuridad y el olvido

DIME

II Encuentro Cultural Campiña Sierra Sur – Premios Candil de Oro 2016

Sábado 25 de junio / La Puebla de Cazalla

30/05/2016 Agenda Atalaya

Dice una letra flamenca de nuestro paisano Francisco Moreno Galván, cantada por José Menese: «Tu madre apagó el candil, / tu madre tuvo la culpa / del tropezón que yo di». En el contexto en que vivimos hoy en España, bien podríamos interpretar que la madre es el Estado, que el candil es la cultura y que quien tropieza es el pueblo. El Estado español oscurece, en efecto, la llama viva de la cultura, maniatándola con impuestos abusivos e intentando cercarla con criterios mercantiles y elitistas. Pretende con ello despojar al pueblo de su principal herramienta de expresión y comunicación, y ahogar su capacidad de rebelión y de transformación.

Pero el candil de la cultura no se apaga fácilmente, y menos cuando tiene raíces populares, raíces jondas que se hunden en las entrañas mismas de la tierra. Por mucho viento que sople, por mucha agua que arrecie, siempre queda una llamita candescente. Parece un milagro, pero siempre salen al paso Prometeos dispuestos a desafiar a los de arriba y a robarles el fuego para devolvérselo al pueblo, a quien legítimamente pertenece.

A esta misma intención respondió el pasado año la iniciativa de Agenda Atalaya y de El Castillo de las Artes de Morón de la Frontera de crear los Premios Candil de Oro, que celebramos el 30 de mayo en el I Encuentro de la Cultura – Campiña y Sierra Sur. Fue al arranque de una firme apuesta por la cultura viva de nuestros pueblos, una apuesta que reivindica, desde la cohesión territorial y frente al centralismo de las grandes urbes, la pluralidad, la crítica y la imaginación creadora como baluartes de la cultura en resistencia.

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Para este año 2016, este espacio de convivencia de nuestros pueblos y de sus manifestaciones culturales ha decidido asumir un carácter itinerante, como nos enseñaron los viejos gitanos, y migrar a La Puebla de Cazalla. Allí, acogidos por los moriscos, el 25 de junio tendrá lugar el II Encuentro de la Cultura – Campiña y Sierra Sur. Será el momento de volver a celebrar lo vivos que están los colectivos, las asociaciones y los creadores de esta zona de la Baja Andalucía. Será el momento de seguir hilvanando nuestros proyectos, de poner en común esperanzas, anhelos y desvelos, de sentirnos en compañía, de tejer comunidad, en suma. Porque debemos formar comunidad en torno a nuestra extraordinaria cultura: del teatro a la pintura, de la música a los fogones, de la escultura a la poesía, de la danza a la novela, del flamenco a la artesanía, del pueblo al pueblo. Es nuestro deber resistir frente a quienes pretenden reducir la cultura a mercancía y despojarla de su dimensión social y pedagógica. Hemos de revivificar la cultura popular, recuperar lo que nos queda de pueblo, como insistía el maestro Agustín García Calvo. Encender los candiles de la libertad con el soplo de nuestra rabia y nuestra rebeldía, con nuestro arte, con esa alegría que nos regala la dignidad de la lucha. Crear y hacer, y con ello transformar, no al mundo, sino a cada vecino.

Hagámonos eco, pues, de aquellas luminosas palabras del escritor argentino Juan José Saer: «La cultura no se declara, se hace. Y casi siempre en un paisaje de barbarie. El trabajo puede parecer a veces inútil y amargo, y la lucha desigual ante el poder ilimitado de lo adverso. Pero eso carece de importancia porque la creación, aun en un universo indiferente, es una especie de redención práctica en la que el agente transformador se transforma a sí mismo aunque el mundo que ha querido cambiar siga igual. Antes que nada, la creación es alegría, pero también arma y consuelo».

Amén.

Revista Mordisco.