Foto: EFE
C. Rengel.
La apertura de la fosa de Lorca se ha desbloqueado. La familia del poeta, los únicos que se oponían a la exhumación, han dado su brazo a torcer y no presentarán alegaciones a los trabajos. Eso sí, “exigirán” dos condiciones a la Junta: que las excavaciones sean discretas y que los restos de Federico se mantengan donde ahora yacen. El lunes, la Consejería de Justicia abrió un plazo de 15 días hábiles para presentar alegaciones a la apertura de la fosa común en la que se encuentran el poeta granadino Federico García Lorca, los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, el profesor republicano Dióscoro Galindo y el inspector de impuestos Fermín Roldán. Las asociaciones se temían que ese periodo de prudencia, insólito en la apertura de fosas en la comunidad andaluza, supusiera un guiño a la familia de Lorca para que presentase todas sus quejas oportunas, teniendo en cuenta que siempre han criticado la posible exhumación, calificándola incluso de “profanación” –octubre de 2008–. Sin embargo, tras años de enconada negativa, la sobrina-nieta del dramaturgo, Laura García Lorca, anunció ayer que no van a presentar ni una alegación al proceso. “No haremos movimientos que dificulten o impidan los trabajos”, señaló. En próximos días la familia tendrá otra reunión para analizar este nuevo paso de la Junta. Teniendo en cuenta que los familiares de Galadí, Galindo y Roldán son los impulsores de la exhumación –o sea, que la buscan y la desean desde hace décadas– y que Arcollas murió sin descendencia directa y nadie de los suyos ha reclamado su cadáver, queda disuelta la única posibilidad de bloqueo de la apertura. Ahora sí que se pueden cumplir los plazos calculados por la Junta. Ahora sí que octubre puede ser el mes en el que se arranquen las matas de tomillo para descubrir los cuerpos de los cinco fusilados en la madrugada del 19 de agosto de 1936, allá entre Víznar y Alfacar. La sobrina del poeta reconoce que se ha generado un debate interno entre los allegados a Lorca, que siempre han mantenido que no era necesario rescatar su cuerpo para honrarlo ni para demostrar el carácter “criminal” de los que lo asesinaron. Ahora entienden que “parece razonable que se investigue la identidad de las personas que hay en la fosa” pues creen que “sus familias tienen derecho a ello, a que se conozca quiénes son las víctimas”. Sin embargo, sostienen que en el caso de Lorca “nada justifica la exhumación”. “Debe permanecer donde está, porque aquel barranco es un centro de homenaje y recogimiento”, añadió en Radio Nacional. Pese a que no alegarán, sí van a pedir personalmente a la Junta que atienda dos peticiones, dos “exigencias” que para ellos son irrenunciables. La primera es que la exhumación “se lleve a cabo en la intimidad, con todo el respeto a la memoria de Federico, con absoluta discreción y alejada de todo espectáculo o circo mediático”. La segunda es que el cuerpo se mantenga en Víznar, “un lugar de referencia para los defensores de la libertad y los seguidores” de Lorca. El punto más complejo de las peticiones de los Lorca es que van a solicitar a Justicia que no analice los restos del poeta. ¿Pero es posible identificar al maestro, el banderillero y el funcionario sin sacar todos los cuerpos de la fosa? La respuesta es sí, aunque la explicación de la consejera, Begoña Álvarez, es bien críptica: “Tanto la ley como la ciencia apuntan a que puede hacerse”, de modo que se podrán compatibilizar los deseos de todas las familias implicadas. Lo dijo el pasado 17 de julio. De momento la Junta no avanzará más datos sobre el protocolo de exhumación, que seguirá los pasos marcados por el Gobierno central. Fuentes de la Consejería de Justicia explicaron ayer que no habrá detalles hasta que pasen los 15 días de alegaciones, pero que “todo está muy estudiado y muy trabajado respecto a los pasos que hay que dar para no perder tiempo cuando haya que actuar”. Isabel Brenes, presidenta de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, se mostró “satisfecha” por la decisión de la familia del poeta, “porque no podemos dejar esa fosa cerrada contrariando el deseo justo de unos familiares. No puede haber víctimas de primera y de segunda”, afirmó. Una vez que Junta, Diputación de Granada y Ayuntamiento de Alfacar firmen el acuerdo marco para la exhumación, se creará una comisión especial liderada por la asociación y que contará con la ayuda de “numerosos expertos”, añade Brenes. Los fondos para la apertura los pondrá la Junta, que dará una subvención de 60.000 euros a la asociación granadina –según el comisario de Memoria de la Junta, Juan Gallo–, pero el peso de los trabajos recaerá sobre los especialistas de la Universidad de Granada. Los pasos a seguir son similares a los que había fijado el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en octubre del año pasado, cuando ordenó abrir el enterramiento: primero se buscarán los cuerpos con un georradar de máxima precisión, luego se acometerán los trabajos de apertura del enterramiento y localización de los restos, a continuación entrarán en liza los antropólogos y se cerrará el círculo con la labor de los especialistas en ADN. El gran misterio puede quedar desvelado en una semana.
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