miércoles, 26 de agosto de 2009

Una carcel para la memoria. ( Hemeroteca El Correo Andalucía Hoy)


Manuel Ruiz Rico.

Hoy no queda más que un pequeño recinto compuesto por algunos pasillos polvorientos que dan a un patio abandonado. La cárcel de la Ranilla fue todo un símbolo de la represión franquista en Sevilla y ahora es un solar donde, a final de 2010, habrá un museo de la memoria histórica, dos sedes municipales, un parque y un centro cívico.Juan Antonio Velasco entró en esta cárcel el 2 de agosto de 1945, tenía 19 años. Fue detenido por organizar en la clandestinidad las Juventudes Socialistas Unificadas. “Estuve 18 días en comisaría y allí me pegaron para que declarase. Cuando ingresé en prisión yo era de los presos más jóvenes. Allí dentro había miles de reclusos”, recuerda Velasco.Estuvo ocho meses más hasta salir. “Lo pasé muy mal. Yo era muy joven y una vez me dieron una paliza y me tuvieron que llevar a la Cruz Roja porque no paraba de echar sangre; otra vez me tuvieron un mes en una celda incomunicado. Fue muy duro”.El proyecto de la cárcel de la Ranilla –más tarde llamada de Sevilla 1– se remonta a 1911, cuando Aníbal González redactó un proyecto de prisión sobre los terrenos de los marqueses de Nervión. El edificio fue erigido en mayo de 1933, en plena Segunda República, cuando sustituyó a la cárcel del Pópulo, en la calle Pastor y Landero.“A partir de 1936 gana en protagonismo y vive en primera fila la represión franquista en la ciudad”, recordó ayer el concejal de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Ya en democracia, sufrió en 1991 un atentado terrorista. La cárcel de la Ranilla fue cerrada en 2007 aunque en los años anteriores ya no acogía más que a presos que sólo tenían que acudir allí a dormir.Juan Antonio Velasco nació en El Saucejo el 27 de octubre de 1925. Tenía 15 años cuando un comandante del bando franquista en el municipio sevillano ordenó fusilar a su padre. “Era maestro republicano y eso fue suficiente. Lo llamaron y le dijeron que tenía que presentarse ante el comandante del pueblo. Mi padre fue el día 7 a cumplir con la orden y nunca más volvió a casa”, cuenta Velasco.La piqueta tiró la cárcel el año pasado y sólo queda de ella el pabellón de entrada. Ahí el Ayuntamiento proyecta un museo y un archivo para la memoria histórica, una obra que será realizada dentro del próximo plan 5.000 de inversión local previsto por el Gobierno de la Nación. Este proyecto está aún poco perfilado y fuentes de Urbanismo sólo alcanzaron ayer a concretar que tendrá un presupuesto de unos 400.000 euros.El Comisionado para la Memoria Histórica de la Junta, Juan Gallo, alabó la “sensibilidad” del Ayuntamiento de Sevilla en la puesta en marcha de este proyecto “teniendo en cuenta lo que había antes”. “En el 36, se sacaba a la gente de aquí para asesinarla en las tapias del cementerio –sentenció Gallo–. Hubo miles de muertos así”.Para recordar esta sinrazón y la barbarie terrorista de ETA, en el parque previsto en el solar de 27.000 metros cuadrados habrá dos monolitos: uno dedicado a las víctimas del franquismo y otro a las del terrorismo. “El parque está en fase de adjudicación y su plazo de construcción será de 15 meses –detalló Celis–. Tendrá cuatro entradas y una de ellas será a través de este pabellón de la cárcel de la Ranilla”.En este solar, junto a la Ronda del Tamarguillo, estarán ubicadas también las sedes de las Delegaciones de Movilidad y Convivencia y Seguridad –que estarán listas a finales de 2010 y ya están construidas al 40%–, y un centro cívico para los vecinos de Nervión, que estará acabado en diciembre de este año.Velasco ve bien todos esos proyectos, pero opina “que la cárcel no debería haberse tirado”. “Yo la habría dejado en pie como recuerdo a lo que pasó: allí murió mucha gente y eso se debería haber respetado, dejando el edificio donde todo eso ocurrió”.

http://www.correoandalucia.com/noticia.asp?idnoticia=4424170098093094099096424170

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