Extraido de La Voz de Marchena
Vayan las mujeres de los 'rojos' preparando sus mantones de luto!
Mientras hombres y mujeres de Fuentes de Andalucía celebran alegremente su Velá para ahogar sus penas, se escucha la voz del sublevado Queipo de Llano a través de la radio para proclamar la hombría de los suyos frente a los milicianos maricas y advertir a las "anarquistas y comunistas" que vayan preparando sus mantones de luto. El fragmento pertenece al Romance de El Aguaucho, representado por el Gallo Rojo en la Sala Carrera.
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La escena sobrecoge y la rabia y el asco van en aumento cuando aparecen en escena tres falangistas y un cura con sus caras cubiertas con una máscara. Entre la sorpresa inicial y sus cuerpos inertes en el fondo del pozo de la finca de El Aguaucho se lo pueden imaginar: humillaciones, vejaciones, violaciones… que culminan con el paseíllo triunfal y la burla de estos 'valientes' exhibiendo en el cañón de sus fusiles las prendas íntimas de estas mujeres, algunas de ellas niñas, cuyas voces de auxilio aún retumban con la misma fuerza que los disparos de las escopetas fascistas.
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No sólo arrancaron las banderas que colgaron del árbol sino que arrancaron sus vidas, cuando algunas de ellas no habían cumplido ni siquiera quince primaveras.
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La petenera inicial da paso a una milonga, en la voz de Jesús Pérez, mientras ramos de rosas y banderas republicanas, feministas, andaluzas y pacifistas se encargan de homenajear la memoria de las víctimas: "La historia de aquel tormento que de boca en boca va/ pasa el tiempo, pasa el tiempo y no se puede borrar".
Al final mensaje de esperanza. Mientras la guajira se mece entre la rabia de los hechos y las ansias de libertad, todos los actores a coro, ondeando con firmeza sus banderas, empiezan susurrando para terminar gritando "¡El pueblo unido jamás será vencido!"
Al final de la representación actores y público mantuvieron un interesante y emotivo coloquio en el que se puso de manifiesto la intensidad con la que los miembros del colectivo de teatro El Gallo Rojo viven la historia cada vez que representan los textos escritos por Jesús Pérez, Carlos Martín y Juan Morillo. Incluso ya fuera del escenario, el propio Jesús Perez cantó una media granaína pidiendo justicia, memoria y libertad “para que no se repita la historia”.
Nuestra más sincera enhorabuena por el realismo que transmiten y por los sentimientos que provocan, algo difícil de aprender en cualquier academia si no se lleva dentro de los corazones; y también a DIME en su lucha por dignificar y recuperar la memoria histórica con la perfecta organización de estas VIII Jornadas.
Sucedió en la finca El Aguaucho, entre Fuentes de Andalucía y La Campana, como sucedió en tantos lugares de nuestra geografía. Terminaron con sus vidas, pero no con su memoria, porque como dicen a coro las mujeres en un momento de la obra: "lo contrario de la memoria no es la reconciliación, lo contrario de la memoria es la injusticia del olvido".
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