jueves, 2 de mayo de 2013

Marchena en mayo, por Ana María Valencia


Para mi madre, para los luchadores de la memoria
Marchena en mayo


Más allá de la literatura todos tenemos un territorio mítico, de existencia obstinada , presente en nuestros sueños, a veces dulce , a veces atormentante; con personajes fantásticos y escenas que se repiten en nuestra imaginación a lo largo de los años.
Marchena fue para mí ese territorio, el inalcanzable lugar en el que mi madre vivía siempre y desde el que a veces nos llamaba para que conociéramos a Sebastián o a Juan el Guarda, a Olmo , a su niñera Patrito ,o a Don Santos.
 Aunque había estado muchas veces en la otra Marchena, a la que se supone más   real fui por primera vez a los once o doce años, y si, fue verdaderamente esa Arcadia perfecta de mi madre ; el verano allí era hondo, la luz lo desbordaba todo, se tragaba el día y en la noche se masticaba aún su calor, leyendo cuando crecí reconocí esa sensación en las páginas de Camus. Aquel verano  todos los días elegía el mejor menú de las mesas de las tías y los primos de mi madre  y merendaba los que aún son mis bizcochos favoritos .Los primos de mi madre eran amables y muy cariñosos, nunca había convivido con gente tan alegre, tampoco había visto deshacerse así  de puro sol las flores. Entonces aunque sabía que mis abuelos habían muerto en la guerra, no sabía que los  habían muerto a ráfagas de metal contra la cal de Marchena, los imaginaba aplastados por una bomba o abatidos por una bala perdida como en las películas, como pensaba que moría la población civil en las guerras. No los busqué en las calles .Tarde mucho en volver, para cuando lo hice ya sabía media verdad, a mis abuelos los habían ametrallado contra la pared muda del cementerio y mi Arcadia había desaparecido con ellos para siempre enterrada en una fosa común.
Incomprensiblemente mi madre seguía viviendo en sus misteriosos abrigos del tiempo, vivía con su dolor, pero vivía aún  en Marchena.
Todo para mí fue confuso desde entonces, miro Marchena cuando voy, siempre luminosa y hospitalaria, con todas las flores  que mi madre reunió para nosotros en la infancia , veo el arco y las murallas, sus caminos de olivos, el carnaval ,  la limpieza  que hace de la cal casi un rio ; abrazo a los nuevos amigos, queridos todos, lejanos siempre . Pero se me hace un nudo en la garganta creo  que un  día ese nudo se va a desatar en un llanto tan copioso como la lluvia de los trópicos  y va a arrastrar hasta mis pies a todos mis hermanos asesinados, navegando en las ligeras barcas del sol como los resucitados egipcios y que con ellos vendrán sus hijos y sus nietos , esas asambleas de gente honrada y buena  que saludo con emoción todos los años . Nos imagino juntos como una muchedumbre flexible,  pero constante como el agua porque estamos hechos de lágrimas .En mis sueños nos abrazamos como las olas dejando caer nuestro llanto los unos sobre los otros, pero también acumulando la fortaleza que hace la marea,  y somos así , juntos , la gota y el mar. La espuma que encala las calles que son nuestras heridas, aquellas que abandonaron a nuestros muertos amados en su camino hacia su tumba clara en los vientos .En ese momento  hay un pequeño instante en el que creo que lo  comprendo todo,  cómo nos exiliaron para siempre , como para siempre quisieron robarnos también  Marchena, y como mi madre se la arrebató pedacito a pedacito,  con cada una de las sonrisas de sus  infancia, con la muñeca abandonada en la lluvia y la mano también chiquita de Sebastián que la llevaba al colegio , con su padre en el mostrador de la tienda y su madre regando macetas con una flor en el pelo, con la dulzura y el valor de todas aquellas gentes,  con sus primos , sus mañanas de sol y sus dulces.  Siento con cuanto dolor y con cuanto amor  mi madre defendió esa minúscula isla del sur atacada por la barbarie ,sólo para que un día nosotros pudiéramos arribar fieles a sus orillas en mayo, abrazaros a todos  con el corazón extendido y honrar en el azul de las ramas siempre más altas a nuestros muertos.

                                     May Valencia  Herrera
                         En Cieza 30 de Abril de 2013.

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