lunes, 20 de diciembre de 2010

En Homenaje a Sebastian "Liberio"

Nada más conocer la noticia nos han llovido los pésames por Sebastian. Como símbolo y homenaje a él, reproducimos la carta que nos envía nuestra querida Ana María Valencia


EN HOMENAJE A SEBASTIAN

Había en las fotos antiguas de Marchena un niño que me miraba, tenia una sonrisa más ancha y más blanca que la calle. ¿ Mamá quién es le preguntaba yo entonces? Aunque ya sabía que era Sebastián, pero me gustaba que mi madre me contara aquellas historias una y otra vez. No me pareció posible que aquel niño hubiera crecido, que pudiera cambiar, pero lo había hecho. Conseguí encontrarme con él muchos años después convertido en el anciano más encantador que hubiera conocido jamás : menudo, ágil, elegante, con la mirada intacta y la misma sonrisa amable, soportando el sol de mayo en aquel primer homenaje a las víctimas del franquismo.
Para entonces ya conocía muchas cosas de él relacionadas con la tristisima historia de mi familia, admiraba su valor recriminando a los asesinos de mis abuelos su maldad y su cobardía, y también era consciente de que toda su vida compartió el dolor por aquellas atrocidades, por que a un hombre bueno no le cabe otra cosa frente a la barbarie. Sabía que había sido la última persona de la casa que vio con vida a mi abuelo y el que hubo de dar siendo un niño la noticia de su desaparición a mi abuela. El que fuera alguien tan querido y tan dulce, me consoló y me consuela.
Siempre que mi madre iba a Marchena, él la visitaba llevándole algunos dulces, como si con ese gesto pequeño pero inmenso pudiera reparar todo aquel desastre. Y creo que lo reparaba. Son los hombres como Sebastián los que impiden que todo se pierda, los que iluminan el mundo y los que hacen la vida posible desde la bondad y la generosidad misma, así sencillamente.
Se podría escribir muy largo de alguien de personalidad tan extraordinaria y de una alegría tan limpia, pero en estos momentos baste la siguiente anécdota: en aquella primera visita que le hizo la familia al completo, mis primas, que son de Albacete, le llevaron de regalo una navaja con la mejor de las intenciones y todo el cariño, sin embargo aquel hombre maravillosamente bueno, la rechazó con una delicadeza exquisita, incapaz siquiera de acercar la mano a aquel arma tan leve. Odiaba la violencia y cualquier cosa por pequeña que fuera emparentada con ella.
En los últimos tiempos hemos compartido el dolor por la perdida de su hija y sufrido pensando en esta pena terrible al final de la vida. Ahora lloramos su ausencia, no sólo por lo que lo queríamos ni por no disfrutar más aquella sonrisa cálida, la alegría, el abrazo; lloramos también la tristeza que para el mundo representa la muerte de un hombre tan valiente y tan bueno.


May V. Herrera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! soy nieto de sebastian, dar las gracias por el texto tan maravilloso en memoria de mi abuelo, para mi siempre ha sido un referente por su bondad, cariño, ideas,...despues de haber escuchado la historia de Baldomero unas 1000 veces,en aquellos dias tan tristes de nuestra historia, me consiredo un espectador de lujo de aquellos dias, de la historia hay que aprender para no caer en los mismos errores.

Isaac