DIME celebra la aparición de esta nueva investigación ,y que para su presentación hemos recibido invitación
Violencia roja y azul España, 1936-1950
de Francisco Espinosa Maestre (ed.) José María García Márquez Pablo Gil Vico José Luís Ledesma
Salón de actos de la Casa de la Provincia
Plaza del Triunfo / Miercoles 20 a las 20.00 horas.
Intervendrán en el acto
Francisco Espinosa, Coordinador de la obra
José María García Marquez, Autor.
Antonio Ramos Espejo. Periodista.
Estamos ante un libro donde, por primera vez, el terror rojo y el azul son examinados con el mismo rigor. Precedidos de una visión de conjunto de Francisco Espinosa, José María García Márquez se ocupa, en una innovadora investigación local, de la parcela peor conocida: la del terror azul que siguió de inmediato al triunfo del golpe militar en el suroeste de la península. José Luis Ledesma analiza la violencia roja en la zona republicana y Pablo Gil Vico la represión judicial militar desde sus inicios en 1936 hasta 1950.
Los autores del trabajo, en la línea que viene argumentando Francisco Espinosa desde hace años, reconocen que la violencia republicana, al contrario de la violencia fascista, no fue una estrategia de terror previamente estipulada ni estaba sancionada y dirigida desde arriba, como sucedía en el bando de los sublevados. Terror que, en toda su magnitud, José María García Márquez perfila en toda su crudeza sobre las provincias de Sevilla, Huelva, Badajoz, las más castigadas por la represión fascista, y espacio sobre el que el historiador se detiene a analizar la intrincada red de relaciones, vínculos y dependencias que dieron carta de naturaleza a la trama golpista y la tarea depurativa posterior en la que militares, caciques, patronal, guardia civil, policía, clero, falangistas y población civil que, por uno u otro motivo se fueron sumando a la carnicería, e hicieron posible el triunfo del golpe y la posterior orgía de sangre.
En su estudio, José Luis Ledesma, repasa, entre otras, las cabeceras de Solidaridad Obrera en Barcelona, donde se apela a la responsabilidad de todos para evitar “pillajes y saqueos… que la revolución no nos ahogue a todos en sangre”, reconociendo como “hasta entre los anarquistas se extendía el convencimiento de que, una vez pasadas las primeras horas de irritación lógica del pueblo, la labor de la retaguardia exigía acabar con el terror que era enemigo de la revolución”. Frente a estas declaraciones, subraya el hecho de que en la zona controlada por los sublevados era la prensa la primera en pedir mano dura y extender y justificar el terror contra las izquierdas.
Por su parte, Pablo Gil Vico, cierra el volumen con un interesante trabajo donde desmenuza la actividad de los consejos de guerra franquistas, una maquinaria de terror institucional que bajo la ficción del derecho y la legalidad, se convirtió en el principal organismo represor a partir de 1937. El estudio termina con unos interesantes cuadros donde se viene a poner de manifiesto una realidad que ya intuíamos: la CNT fue el principal objetivo de la represión fascista, la que más sufrió la represión y la violencia sobre sus afiliados, poniendo más del 20% de las víctimas de izquierdas.
Son muchos los méritos de este libro, realizado desde el desapasionamiento ideológico y la objetividad histórica más estricta, pero sin duda, el fundamental es haber destapado, con datos certeros y cuantificables, el hecho de que, cuando terminó la pesadilla del terror fascista, todas las instituciones del naciente estado nacional católico se aprestaron a ocultar la matanza fundacional del franquismo, a taparla con la guerra civil y a publicitar los crímenes de los rojos. Con la ayuda de la Iglesia se limpiaron conciencias y con la del tiempo se pretendía que todo se asentase finalmente en el olvido, que solo quedara la versión de los vencedores. Contra ese proyecto de olvido y desmemoria se alza hoy este libro esencial.
Ed. Crítica. Barcelona, 2010.
400 paginas. 29 euros.
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