jueves, 5 de agosto de 2010

"Mi familia puso flores en una tumba vacía"

La noticia que ha sido posteada más abajo tiene una lectura a primera vista positiva , pero aún queda mucho por reparar:
DIME/JG



D. B. MADRID 05/08/2010 08:00
El profesor Joan Pinyol era ayer una persona desilusionada. Después de dos años de esperanzas creía que la convocatoria de ayudas del Ministerio de Presidencia iba a ser el inicio de la reparación a décadas de rabia familiar. "Mi abuela viuda murió sin saber dónde estaba enterrado su marido y mi madre puso durante años flores en un terreno de donde se habían llevado a mi abuelo", explica vía telefónica.

La fosa común donde yacía Joan Colom fue profanada en 1965
Como tantos otros nietos de víctimas del franquismo, Joan Pinyol se decidió en 2008 a reconstruir la vida de su abuelo, Joan Colom, muerto en 1939. Buscó en los archivos de Lleida, en cuyo cementerio fue enterrado Colom, y descubrió que un grupo de albañiles, a las órdenes del gobernador civil, habían profanado el 21 de julio de 1965 la fosa común donde se encontraba.

"Encontré toda la documentación de su traslado al Valle de los Caídos. Hasta la factura de las cervezas que los operarios se tomaron al acabar de desenterrarlos", recuerda. La ficha personal de Juan Colom Sole señala el lugar exacto donde fueron depositados sus restos. "Columbario número 9.201, piso 1º, cripta izquierda e inscrito con el número 26.569 en el libro de inhumaciones"

Tras aquel descubrimiento, recurrió a Patrimonio Nacional, a la abadía del Valle de los Caídos e incluso al juez Baltasar Garzón, en pleno proceso en la Audiencia Nacional contra los crímenes del franquismo. Su reclamación acabó en el juzgado de San Lorenzo de El Escorial, que devolvió la demanda a la Audiencia Nacional señalando que el juzgado competente era el de Garzón.

Su nieto halló en 2008 el rastro que conducía al Valle de los Caídos
No obtuvo ningún éxito. En mitad de la lucha contactó con el grupo parlamentario de ICV, que llevó su pelea al Congreso de los Diputados. En octubre, el diputado Joan Herrera obtuvo el apoyo del grupo socialista para aprobar una moción que instara al Gobierno a ocuparse de casos como el de Pinyol. En aquel momento, el nieto de Colom manifestó: "No he ido nunca al Valle de los Caídos. Sólo iré una vez y será para llevarme a mi abuelo de allí".

Para cumplir con su objetivo se alió con ocho familiares abulenses en su misma situación. El pasado abril fundaron la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido para pedir al Gobierno el apoyo necesario. El Ministerio de Justicia les asesoró para presentar el proyecto, que cuenta con la dirección técnica del médico forense Francisco Etxeberria. La negativa de Presidencia a dar luz verde al proyecto ha sido un nuevo jarro de agua fría.

"Mi tío se entristecía"
"Recuerdo que mi tío se entristecía siempre que pasábamos por Lleida pensando que su hermano estaba enterrado allí. No sabíamos el lugar exacto pero mi familia no imaginaba que estaba poniendo flores en una tumba vacía", lamenta.

Joan Colom cayó preso de los golpistas con 40 años en plena retirada de la Guerra Civil. "Fue movilizado por el Ejército Popular en octubre de 1938, meses antes de que acabara la Guerra", reflexiona Pinyol en una breve y orgullosa biografía que redactó sobre la vida de su abuelo. En ella explica cómo cayó enfermo por una epidemia de tifus en el campo de prisioneros que los franquistas montaron en Lleida. Murió en febrero de 1939, sin poder despedirse de su mujer y sus tres hijos.

Su abuela, Teresa Comabella, recibía las cartas de Colom en el domicilio familiar en Capellades (Barcelona). Cuando se enteró de la muerte de su marido pidió en vano al Ayuntamiento de Capellades el traslado de sus restos al pueblo. "No le hicieron caso. Me imagino el caso que le pudieron hacer a la viuda de un rojo", reflexiona. Sin embargo, Teresa era tozuda y se presentó en el mismo cementerio de Lleida a reclamar el cuerpo de su marido. "Le dijeron que fuera una buena cristiana, una buena madre y que no volviera más. O sea, que no molestara", recuerda indignado Pinyol.

1 comentario:

Carmela dijo...

Otra de las tantas historias lamentables pero válida para mantener viva la memoria.
Claro ! Cómo iban a escuchar a la viuda de un rojo!
Canallas sin principios ni códigos morales.Represores y asesinos.
Valioso testimonio!!