El sector conservador culpó a la República de que las hermandades no salieran en 1932
F. ARTACHO / O. CARBALLAR - Sevilla - 01/04/2010 12:30
Un claro ejemplo del intento de apropiación de la Semana Santa por parte de la jerarquía eclesiástica y de los sectores más conservadores ocurrió en 1932.
Era la primera Semana Santa de la II República en Sevilla. Todas las cofradías, salvo una, la trianera de La Estrella, acordaron no salir a la calle tras acalorados debates. Según la versión mil veces repetida, las hermandades tomaron esa decisión por el "ambiente antirreligioso" de la República y por el miedo a posibles disturbios. Y La Estrella, por tanto, salió en un claro desafío a la República.
La versión real, sin embargo, dista mucho de ese argumento. Según Isidoro Moreno, que estudió hace años el caso en profundidad, el sector más conservador de las cofradías, apoyado por el cardenal-arzobispo Eustaquio Illundain, decidió no salir a pesar del ofrecimiento del gobernador civil, del alcalde que incluso aseguró que aumentaría la subvención y de conocer que Alcalá Zamora presidiría el palco de la plaza de San Francisco. Es decir, que ni la República estaba boicoteando la Semana Santa, ni había motivos para que se produjesen altercados.
Los propios costaleros asalariados, en su mayoría del sindicato anarquista, habían dado seguridades al efecto. "La Estrella, entonces una cofradía humilde, rompió el boicot y acordó procesionar, notificándolo en un documento donde puede leerse: Esta cofradía, que es del pueblo, al pueblo se debe, que es tanto como decir que se debe al Régimen constituido legalmente; es decir, a la República", señala Moreno. La Estrella, por tanto, ni retó a la República ni defendió "el catolicismo ultramontano enfrentado a la nueva Constitución", como se quiso hacer creer interesadamente durante el franquismo e incluso después.
En 1982, en el 50 aniversario de aquella salida, el diario ABC aún mantenía en su portada la versión manipulada. "Una manipulación nada casual", insiste Moreno, que publicó ese mismo año el libro en el que se desmonta lo que los sectores más conservadores quisieron montar
Un claro ejemplo del intento de apropiación de la Semana Santa por parte de la jerarquía eclesiástica y de los sectores más conservadores ocurrió en 1932.
Era la primera Semana Santa de la II República en Sevilla. Todas las cofradías, salvo una, la trianera de La Estrella, acordaron no salir a la calle tras acalorados debates. Según la versión mil veces repetida, las hermandades tomaron esa decisión por el "ambiente antirreligioso" de la República y por el miedo a posibles disturbios. Y La Estrella, por tanto, salió en un claro desafío a la República.
La versión real, sin embargo, dista mucho de ese argumento. Según Isidoro Moreno, que estudió hace años el caso en profundidad, el sector más conservador de las cofradías, apoyado por el cardenal-arzobispo Eustaquio Illundain, decidió no salir a pesar del ofrecimiento del gobernador civil, del alcalde que incluso aseguró que aumentaría la subvención y de conocer que Alcalá Zamora presidiría el palco de la plaza de San Francisco. Es decir, que ni la República estaba boicoteando la Semana Santa, ni había motivos para que se produjesen altercados.
Los propios costaleros asalariados, en su mayoría del sindicato anarquista, habían dado seguridades al efecto. "La Estrella, entonces una cofradía humilde, rompió el boicot y acordó procesionar, notificándolo en un documento donde puede leerse: Esta cofradía, que es del pueblo, al pueblo se debe, que es tanto como decir que se debe al Régimen constituido legalmente; es decir, a la República", señala Moreno. La Estrella, por tanto, ni retó a la República ni defendió "el catolicismo ultramontano enfrentado a la nueva Constitución", como se quiso hacer creer interesadamente durante el franquismo e incluso después.
En 1982, en el 50 aniversario de aquella salida, el diario ABC aún mantenía en su portada la versión manipulada. "Una manipulación nada casual", insiste Moreno, que publicó ese mismo año el libro en el que se desmonta lo que los sectores más conservadores quisieron montar
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