Copiamos el post de Kathy Kocheck, aparecido en su blog Regenerando memorias, post solidario que nos da ánimos para continuar en la lucha memorialista.
Hace unas semanas, escribí aquí de un congreso internacional que se iba a tener lugar en la Universidad de Minnesota el 23-24 de abril. El congreso, titulado Exhuming Bodies, Producing Knowledge:Collective Memory, Justice and Restitution in Contemporary Spain, tenía como motivo explorar el papel de las exhumaciones de fosas en el movimiento memorialista al principio del siglo XXI. El congreso, que yo sepa, es el primero en este país para tratar específicamente la cuestión de las fosas, y contaba con la participación de nombres destacados como Emilio Silva, Francisco Ferrándiz o José Antonio Martín Pallín. Realmente esperaba poder asistirlo, pero habría significado salir de aquí en coche ayer a las 16h y manejar casi 5 horas a Minneapolis, después de una semana larga en el trabajo, sólo para volver a casa hoy por la tarde. Creo que hice bien en quedarme aquí; estoy esperando que una amiga en Minnesota me cuente un poco sobre las ponencias y que tal vez alguien las grabe y suba a internet.
El hecho de que el congreso coincidiera con las manifestaciones en apoyo a Garzón fue una de las razones que quería ir a Minnesota. No para manifestar, sino para demostrar mi solidaridad por estar allí, presente con otra gente comprometida con esta causa. Si hubiera estado en España, yo también habría llevado mi propia pancarta, y fue así que me llegó la idea de crearla desde aquí. Aunque no me agrada nada poner mi foto en línea, quería hacer algo más que firmar una petición o escribir otro post sobre el caso contra el juez. Así es que me tenéis en la foto de abajo, sacada hace un par de horas, con una pancarta un poco patética, pero bueno...
Desde que cursaba el doctorado, siempre me fascinaba la figura del juez Garzón. Tengo que decir que no es necesariamente él mismo, sino lo que representa. Y es que el juez ha terminado encarnando, quererlo o no, la lucha entre la memoria y el olvido, la justicia y la impunidad. Por mi parte puedo decir que cuando hablo de apoyar al juez Garzón, no hablo tanto de Baltasar Garzón mismo, sino de la investigación que se atrevió a poner en marcha contra los crímenes del franquismo. Desde mi rinconcito del mundo, también apoyo al juez porque apoyarlo es demostrar a la vez mi oposición a políticos corruptos, al revisionismo histórico, a partidos fascistas y a jueces imparciales. Es entender que este es un momento clave en la democracia española, pero bien podría estar sucediendo en cualquier otro país.
Reconozco plenamente las críticas, tanto de la izquierda como de la derecha, que le han hecho al juez, y no niego que algunas pueden ser muy válidas. Es cierto que ha estado involucrado en todo, y puede que sí se haya metido en donde no debía, sólo por ser un egocéntrico...pero lo dudo. Paradójicamente, apoyo al juez porque lo que está en juego con su procesamiento no es solo él, sino la naturaleza de la democracia en sí. En lo que se refiere a procesarle por investigar los crímenes del franquismo, la cuestión no es si nos cae bien o mal Garzón o si ha cometido un "delito de prevaricación" -- es entender que sus acciones han impulsado un debate abierto (o más abierto que antes, quizá) sobre la Ley de Amnistía y, como consecuencia, la Transición. Es entender que el "delito de prevaricación," cuando lo pensamos al lado de las violaciones de derechos humanos citadas en el auto del juez de octubre 2008, no lo es. El auto del juez Garzón nombró por primera vez, y oficialmente, a los desaparecidos como un resultado de crímenes contra la humanidad. Es por eso que procesarle a Garzón, como dijo un título del diario Público, simbólicamente "'ensucia' la memoria de las víctimas" del franquismo. Es por eso que apoyo al juez Garzón y me uno a miles de "ciudadanos del mundo" que se sienten lo mismo.
Hace unas semanas, escribí aquí de un congreso internacional que se iba a tener lugar en la Universidad de Minnesota el 23-24 de abril. El congreso, titulado Exhuming Bodies, Producing Knowledge:Collective Memory, Justice and Restitution in Contemporary Spain, tenía como motivo explorar el papel de las exhumaciones de fosas en el movimiento memorialista al principio del siglo XXI. El congreso, que yo sepa, es el primero en este país para tratar específicamente la cuestión de las fosas, y contaba con la participación de nombres destacados como Emilio Silva, Francisco Ferrándiz o José Antonio Martín Pallín. Realmente esperaba poder asistirlo, pero habría significado salir de aquí en coche ayer a las 16h y manejar casi 5 horas a Minneapolis, después de una semana larga en el trabajo, sólo para volver a casa hoy por la tarde. Creo que hice bien en quedarme aquí; estoy esperando que una amiga en Minnesota me cuente un poco sobre las ponencias y que tal vez alguien las grabe y suba a internet.
El hecho de que el congreso coincidiera con las manifestaciones en apoyo a Garzón fue una de las razones que quería ir a Minnesota. No para manifestar, sino para demostrar mi solidaridad por estar allí, presente con otra gente comprometida con esta causa. Si hubiera estado en España, yo también habría llevado mi propia pancarta, y fue así que me llegó la idea de crearla desde aquí. Aunque no me agrada nada poner mi foto en línea, quería hacer algo más que firmar una petición o escribir otro post sobre el caso contra el juez. Así es que me tenéis en la foto de abajo, sacada hace un par de horas, con una pancarta un poco patética, pero bueno...
Desde que cursaba el doctorado, siempre me fascinaba la figura del juez Garzón. Tengo que decir que no es necesariamente él mismo, sino lo que representa. Y es que el juez ha terminado encarnando, quererlo o no, la lucha entre la memoria y el olvido, la justicia y la impunidad. Por mi parte puedo decir que cuando hablo de apoyar al juez Garzón, no hablo tanto de Baltasar Garzón mismo, sino de la investigación que se atrevió a poner en marcha contra los crímenes del franquismo. Desde mi rinconcito del mundo, también apoyo al juez porque apoyarlo es demostrar a la vez mi oposición a políticos corruptos, al revisionismo histórico, a partidos fascistas y a jueces imparciales. Es entender que este es un momento clave en la democracia española, pero bien podría estar sucediendo en cualquier otro país.
Reconozco plenamente las críticas, tanto de la izquierda como de la derecha, que le han hecho al juez, y no niego que algunas pueden ser muy válidas. Es cierto que ha estado involucrado en todo, y puede que sí se haya metido en donde no debía, sólo por ser un egocéntrico...pero lo dudo. Paradójicamente, apoyo al juez porque lo que está en juego con su procesamiento no es solo él, sino la naturaleza de la democracia en sí. En lo que se refiere a procesarle por investigar los crímenes del franquismo, la cuestión no es si nos cae bien o mal Garzón o si ha cometido un "delito de prevaricación" -- es entender que sus acciones han impulsado un debate abierto (o más abierto que antes, quizá) sobre la Ley de Amnistía y, como consecuencia, la Transición. Es entender que el "delito de prevaricación," cuando lo pensamos al lado de las violaciones de derechos humanos citadas en el auto del juez de octubre 2008, no lo es. El auto del juez Garzón nombró por primera vez, y oficialmente, a los desaparecidos como un resultado de crímenes contra la humanidad. Es por eso que procesarle a Garzón, como dijo un título del diario Público, simbólicamente "'ensucia' la memoria de las víctimas" del franquismo. Es por eso que apoyo al juez Garzón y me uno a miles de "ciudadanos del mundo" que se sienten lo mismo.
Kathy Korcheck
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