Conrado Granado
Periodistas-es.org
Conrado Granado
“El problema de los españoles no es Franco, es el paro”. Con estas palabras el dirigente del Partido Popular González Pons, una de las mentes más preclaras de la derecha española, ha despachado un asunto que sigue coleando 36 años después de la muerte del dictador Francisco Franco: qué hacer con ese monumento a su memoria que se otorgó a sí mismo como es el Valle de los Caídos, construido por prisioneros de guerra republicanos y en el que hay enterrados los restos de 33.847 personas de ambos bandos.
González Pons, experto buscador de titulares en los medios de comunicación, ha intentado desviar la atención hacia otro lado para no hacer frente a la verdad. Porque si es cierto que el problema del paro es el primero de los que tenemos los españoles, no hay por qué mezclar una cosa con otra. Luchemos contra el paro, sí, pero sin olvidar nuestro pasado histórico. Aunque al fin y al cabo el popular no hace más que seguir los consejos de su jefe de filas y futuro Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien dijo textualmente en su momento que la memoria histórica “no sirve absolutamente para nada”.
No piensa así la Comisión de Expertos impulsada en el mes de mayo por el Gobierno ahora en funciones de José Luis Rodríguez Zapatero, la cual ha recomendado exhumar los restos del dictador para que sean trasladados a un lugar que designe la familia o, en su caso, al que se considere digno y más adecuado. Caso de llevarse a cabo, se daría satisfacción a una de las principales reclamaciones de las asociaciones de víctimas del Franquismo, las cuales han manifestado que sería un alivio para muchos familiares de republicanos enterrados allí sin su consentimiento, y que pretenden recuperar sus restos.
Una Comisión de Expertos de la que se desvincularon los obispos y formada por un grupo de expertos con dos copresidentes: el catedrático de Filosofía, Virgilio Zapatero, y el rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Pedro José González-Trevijano, quienes han presentado, junto al ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, las conclusiones del estudio llevado a cabo, que insta al Ejecutivo a “buscar los más amplios acuerdos parlamentarios”.
Tres de los expertos de la Comisión presentaron un voto particular en contra de la exhumación, ya que en su opinión “contribuiría a dividir y radicalizar a la opinión pública”, mientras que uno de los copresidentes, el ex rector de la Universidad de Alcalá de Henares, Virgilio Zapatero, ha manifestado que el dictador no fue ningún “caído”, ya que: “Franco es la única persona allí enterrada que no falleció en la guerra o con ocasión de la guerra”. Por su parte el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha lanzado este ruego, próximo a la súplica, a Mariano Rajoy: “Le pido por favor al nuevo Gobierno que no meta este informe en un cajón”.
Entre las cosas que se pueden hacer con la mayor fosa del Franquismo llamada Valle de los Caídos, la Comisión de Expertos aboga por convertirlo en un centro de interpretación en el que se explique por qué se creó este lugar, quién lo hizo y quién lo construyó. Junto a ello, hacer un memorial en el que estén escritos los nombres de todos los enterrados. Es decir, que “se convierta en un punto de referencia para todos”, ya que hasta hoy, este Valle de los Caídos está identificado con una parte, la de los vencedores de la Guerra Civil española.
Ahora que el futuro Presidente del Gobierno Mariano Rajoy va a empezar a viajar al extranjero, podría aprovechar la ocasión para preguntarle a su colega, la Canciller alemana Angela Merkel, qué ha hecho con los restos del lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess. Le dirá que demolió su tumba, incineró los restos y los arrojó al mar Báltico para impedir que el lugar se convirtiera en un centro de peregrinación neonazi. Claro que Frau Merkel es luterana, y aquí la Iglesia Católica tiene mucho que decir, si bien su silencio respecto al tema que nos ocupa es más que elocuente…
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