Se nos va un año donde hemos continuado con nuestros objetivos como meta: Verdad, Reparación y Justicia. El camino es arduo y nos queda mucho por hacer; aún queda seguir alumbrando de verdad la historia reciente de nuestro pueblo, de conocimiento verdadero, de reparación y justicia a las víctimas de la represión golpista del 36.
En el año que se termina hemos caminado por esa senda de Dignidad y Memoria:
Hemos continuado con nuestras Jornadas con un éxito de público, hemos mantenido el contacto hermano y solidario de los familiares, nos han visitado artistas comprometidos con la memoria: Paco Narváez, Luis de Manuela, Alfonso Baro, Manuel Romero, Jesús Pérez y nuestra querida Lucía Socam.
Hemos dedicado un rincón de nuestro corazón y de nuestro pueblo a D. Luis Arispón Rodríguez, alcalde legítimo y democrático de Marchena , asesinado en el verano del 36.
Hemos representado una obra de teatro como homenaje a las mujeres represaliadas gracias a la compañía El Gallo Rojo con el Romance del Aguaucho.
Hemos presentado 2 libros paradigmas de la auténtica y rigurosa labor científica en el conocimiento histórico de la represión en la provincia de Sevilla ( Víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla) y de Morón.( Morón consumatum est)
Se han mantenido las exposiciones Dignidad Versus Represión, y sobre los medios de comunicación y la Memoria.
Hemos aumentado nuestros recursos archivísticos: A la digitilización del periódico local El Eco, la Fichas del Servicio local de Investigación y Vigilancia de Falange,Expedientes de depuración de maestros, hemos unido una ingente información del archivo personal de Mariano Moreno Mateo
Nos han visitado alumn@s de centros educativos de Marchena, Paradas y Arahal, y varias visitas concertadas de grupos y de historiadores, periodistas y personalidades como el vicepresidente de la Junta de Andalucía Diego Valderas; José María García Márquez, Miguel Guardado, Paul Ingerdaay, Rául Ruano...
Hemos realizado nuestra ofrenda floral en Noviembre...asistimos con nuestro stand a la inauguración oficial del parque Pablo Iglesisas, iniciativa aprobada en pleno municipal que apoyamos.también asistimos y tuvimos nuestro primer contacto con el nuevo director de Memoria democrática a las jornadas de política pública de Memoria democrática
Nos hemos adheridos a manifiestos y plataformas como la red AQUA, de apoyo a querella argentina y asistimos y dieron sus palabras y testimonios a los miembros del grupo de trabajo de la ONU sobre desaparecidos nuestros soci@s Antonio Narváez, Bienvenida Guisado y nuestra presidenta Antonia Parra.
Contamos con nuestra página web activa con 83 seguidores, 174 entradas y más de 53.000 visitas,.
Contamos con 53 soci@s ,.. hemos conseguido gracias a la Consejería de Administración Local y relaciones institucionales una subvención para continuar con las jornadas y participamos con el Ayuntamiento para realizar el proyecto de localización de fosas que también ha sido aprobado...y esta es nuestra señal de salida para el próximo año.
Todo ello es paupérrimo para todo lo que le debemos a los luchador@s y librepensador@s que se enfrentaron al golpe y en defensa de sus- nuestras libertades y derechos perdieron sus vidas..mas como dice el lema de nuestra asociación y de la Puerta de la Memoria: Miles de personas pueden perecer pero no el sentimiento que les anima y nuestro sentimiento continua por este camino de Dignidad y Memoria.
¡Salud!
Javier Gavira: historiador, administrador de blog de DIME y coordinador de las Jornadas de Dignificación y Recuperación de Memoria Histórica de Marchena.
martes, 31 de diciembre de 2013
sábado, 28 de diciembre de 2013
Un fiscal declara la ‘guerra’ al Constitucional por denegar el amparo a una víctima del franquismo
Un fiscal declara la ‘guerra’ al Constitucional por denegar el amparo a una víctima del franquismo
Manuel Miranda abre la caja de Pandora: pide al Alto Tribunal que revise la Ley de Amnistía y atienda al informe del comité de la ONU
el plural/AURORA MOYA | 27/12/2013
Contra lo que es habitual, el fiscal del Constitucional, Manuel Miranda, ha recurrido la decisión de la sala del alto Tribunal de inadmitir a trámite un recurso de amparo de Purificación, nieta y sobrina nieta de dos fusilados tras el alzamiento militar franquista. Tras un largo recorrido por instancias judiciales, el Tribunal Supremo archivó su solicitud de recuperar los cuerpos que están perfectamente localizados en el Valle de los Caídos, y ella pidió amparo. El fiscal Miranda plantea que el Constitucional no ha tenido la oportunidad de analizar los efectos de la Ley de Amnistía sobre el deber de investigación judicial de hechos delictivos y recuerda el informe del comité de desapariciones forzadas de la ONU sobre la actuación de España.
Los argumentos de la familia
En su recurso de amparo María Purificación Lapeña Garrido alegaba que estas decisiones de los jueces que se iniciaron en el juzgado de Instrucción núm. 1 de San Lorenzo de El Escorial para pasar por todas los tribunales pertinentes hasta ser archivado por el Supremo, incumplieron la obligación legal estipulada en los arts. 326 y 334 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que se traducía en la exhumación de los restos, la constatación de su muerte violenta, su identificación y entrega a sus familiares, ante la concurrencia de indicios notorios de actividad criminal.
En su recurso de amparo María Purificación Lapeña Garrido alegaba que estas decisiones de los jueces que se iniciaron en el juzgado de Instrucción núm. 1 de San Lorenzo de El Escorial para pasar por todas los tribunales pertinentes hasta ser archivado por el Supremo, incumplieron la obligación legal estipulada en los arts. 326 y 334 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que se traducía en la exhumación de los restos, la constatación de su muerte violenta, su identificación y entrega a sus familiares, ante la concurrencia de indicios notorios de actividad criminal.
Negativa judicial a escuchar
Relata el fiscal como la solicitante cuestiona la persistente negativa de los órganos judiciales a escucharla “bloqueándose con ello el acceso a la justicia de los familiares de las víctimas. Añade que el cierre de la investigación no permitió identificar si los supuestos culpables se encuentran aún con vida”.
Relata el fiscal como la solicitante cuestiona la persistente negativa de los órganos judiciales a escucharla “bloqueándose con ello el acceso a la justicia de los familiares de las víctimas. Añade que el cierre de la investigación no permitió identificar si los supuestos culpables se encuentran aún con vida”.
Archivo sin investigación
Continúa: “No obstante desprenderse de la denuncia la desaparición de don Manuel y don Antonio Ramiro Lapeña Altabás -abuelo y tío abuelo, respectivamente, de la recurrente-, con descripción de fechas y hechos delictivos acaecidos, así como de los respectivos lugares de fallecimiento y de enterramiento, se procedió sin más al sobreseimiento libre y archivo sin llevar a cabo diligencias mínimas de averiguación en orden a identificar los restos, analizarlos para datar la fecha de la muerte y, en su caso, su causación violenta, identificarlos y devolverlos a sus familiares”.
Continúa: “No obstante desprenderse de la denuncia la desaparición de don Manuel y don Antonio Ramiro Lapeña Altabás -abuelo y tío abuelo, respectivamente, de la recurrente-, con descripción de fechas y hechos delictivos acaecidos, así como de los respectivos lugares de fallecimiento y de enterramiento, se procedió sin más al sobreseimiento libre y archivo sin llevar a cabo diligencias mínimas de averiguación en orden a identificar los restos, analizarlos para datar la fecha de la muerte y, en su caso, su causación violenta, identificarlos y devolverlos a sus familiares”.
Crimenes denunciados sin perseguir
“La recurrente concluye señalando que los crímenes denunciados no han sido hasta la fecha perseguidos de un modo efectivo.” Resalta Manuel Miranda un aspecto planteado por el abogado de Purificación, Eduardo Ranz, cuando dice que en el recurso de amparo “son escasas y excepcionales las interpretaciones y aplicaciones judiciales de la Ley de Amnistía de 1977 en el marco de los procedimientos criminales en España. El Tribunal Constitucional no ha tenido ocasión de valorar la validez de amnistías o su aplicabilidad a los delitos graves”.
“La recurrente concluye señalando que los crímenes denunciados no han sido hasta la fecha perseguidos de un modo efectivo.” Resalta Manuel Miranda un aspecto planteado por el abogado de Purificación, Eduardo Ranz, cuando dice que en el recurso de amparo “son escasas y excepcionales las interpretaciones y aplicaciones judiciales de la Ley de Amnistía de 1977 en el marco de los procedimientos criminales en España. El Tribunal Constitucional no ha tenido ocasión de valorar la validez de amnistías o su aplicabilidad a los delitos graves”.
Los efectos de la Ley de Amnistía…
Y aquí expone el fiscal en su recurso de súplica que “el Tribunal no ha tenido la oportunidad de abordar los efectos que una Ley de Amnistía puede tener sobre el deber de investigación judicial eficaz de hechos delictivos y su conexión con el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), invocado expresamente en la demanda de amparo”.
Y aquí expone el fiscal en su recurso de súplica que “el Tribunal no ha tenido la oportunidad de abordar los efectos que una Ley de Amnistía puede tener sobre el deber de investigación judicial eficaz de hechos delictivos y su conexión con el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), invocado expresamente en la demanda de amparo”.
…a la luz de la Constitución
A modo de refuerzo de lo que se plantea necesaria revisión de las consecuencias de la Ley de Amnistía en estos casos, refiere la sentencia 155/2009 del propio Constitucional referida a “cuando la vulneración del derecho fundamental que se denuncia provenga de la ley o de otra disposición de carácter general” o, “si la vulneración del derecho fundamental traiga causa de una reiterada interpretación jurisprudencial de la ley que el Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho fundamental y crea necesario proclamar otra interpretación conforme a la Constitución”.
A modo de refuerzo de lo que se plantea necesaria revisión de las consecuencias de la Ley de Amnistía en estos casos, refiere la sentencia 155/2009 del propio Constitucional referida a “cuando la vulneración del derecho fundamental que se denuncia provenga de la ley o de otra disposición de carácter general” o, “si la vulneración del derecho fundamental traiga causa de una reiterada interpretación jurisprudencial de la ley que el Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho fundamental y crea necesario proclamar otra interpretación conforme a la Constitución”.
El TEDH no ha examinado el papel de España
En cuanto al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, apunta Medina: “Si bien, este Tribunal tiene una doctrina consolidada acerca del deber de investigar las denuncias de torturas u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, no ha tenido la oportunidad de examinar este deber estatal de investigación oficial eficaz y su proyección sobre el derecho a la tutela judicial efectiva, en relación con las desapariciones forzadas ocurridas durante la Guerra Civil.”
En cuanto al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, apunta Medina: “Si bien, este Tribunal tiene una doctrina consolidada acerca del deber de investigar las denuncias de torturas u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, no ha tenido la oportunidad de examinar este deber estatal de investigación oficial eficaz y su proyección sobre el derecho a la tutela judicial efectiva, en relación con las desapariciones forzadas ocurridas durante la Guerra Civil.”
Delitos que no prescriben
Para Medina “la alegación de imprescriptibilidad que hace la demanda de los delitos de detención ilegal con desaparición forzada, como delito permanente, con apoyo en diferentes textos internacionales de derechos humanos, que cita expresamente, singularmente la Convención para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, ratificada por nuestro Estado, es un aspecto novedoso en su proyección sobre el derecho a la tutela judicial efectiva “
Para Medina “la alegación de imprescriptibilidad que hace la demanda de los delitos de detención ilegal con desaparición forzada, como delito permanente, con apoyo en diferentes textos internacionales de derechos humanos, que cita expresamente, singularmente la Convención para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, ratificada por nuestro Estado, es un aspecto novedoso en su proyección sobre el derecho a la tutela judicial efectiva “
Derecho a la tutela judicial efectiva
Todas las cuestiones reseñadas “están directamente vinculadas con el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva y su examen permitiría introducir criterios de racionalidad constitucional con el fin de dar cumplida respuesta a las legítimas demandas de esclarecimiento e investigación de las desapariciones forzadas de personas durante el período de la Guerra Civil y de la postguerra, presentadas por las familias de los desaparecidos, como en el presente caso”.
Todas las cuestiones reseñadas “están directamente vinculadas con el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva y su examen permitiría introducir criterios de racionalidad constitucional con el fin de dar cumplida respuesta a las legítimas demandas de esclarecimiento e investigación de las desapariciones forzadas de personas durante el período de la Guerra Civil y de la postguerra, presentadas por las familias de los desaparecidos, como en el presente caso”.
Labor controladora del Constitucional
Así, según el fiscal, el Constitucional podría dar cumplida respuesta a las preocupaciones reflejadas por distintos organismos internacionales: “La exigencia de cumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado español en los Convenios internacionales sobre derechos humanos suscritos, singularmente el CEDH, autoriza a este Tribunal para llevar a cabo una labor controladora del grado de cumplimiento de tales obligaciones en el marco de un proceso iniciado en nuestro Estado.”
Así, según el fiscal, el Constitucional podría dar cumplida respuesta a las preocupaciones reflejadas por distintos organismos internacionales: “La exigencia de cumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado español en los Convenios internacionales sobre derechos humanos suscritos, singularmente el CEDH, autoriza a este Tribunal para llevar a cabo una labor controladora del grado de cumplimiento de tales obligaciones en el marco de un proceso iniciado en nuestro Estado.”
Relevante repercusión social
Para Medina, “es evidente que la demanda de amparo plantea una cuestión jurídica de relevante y general repercusión social. Así, son numerosas las denuncias por desapariciones forzadas, ocurridas durante la Guerra Civil y en los años posteriores, que se están presentando en nuestros Juzgados y Tribunales. Denuncias que vienen recibiendo respuestas jurídicas dispares, con argumentaciones, no pocas veces, contradictorias y sin ajustarse a unos mismos parámetros interpretativas”.
Para Medina, “es evidente que la demanda de amparo plantea una cuestión jurídica de relevante y general repercusión social. Así, son numerosas las denuncias por desapariciones forzadas, ocurridas durante la Guerra Civil y en los años posteriores, que se están presentando en nuestros Juzgados y Tribunales. Denuncias que vienen recibiendo respuestas jurídicas dispares, con argumentaciones, no pocas veces, contradictorias y sin ajustarse a unos mismos parámetros interpretativas”.
La visita del grupo de trabajo de la ONU
El recurso de la fiscalía cita la visita en septiembre del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU recordando que insta al Estado español entre otras cosas a “adoptar todas las medidas necesarias legislativas y judiciales, para asegurar que las desapariciones forzadas no sean crímenes sujetos a amnistía, en particular privando de todo efecto la Ley de Amnistía de 1977, como ya ha sido recomendado por distintos organismos internacionales”.
El recurso de la fiscalía cita la visita en septiembre del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU recordando que insta al Estado español entre otras cosas a “adoptar todas las medidas necesarias legislativas y judiciales, para asegurar que las desapariciones forzadas no sean crímenes sujetos a amnistía, en particular privando de todo efecto la Ley de Amnistía de 1977, como ya ha sido recomendado por distintos organismos internacionales”.
No existe doctrina constitucional
El fiscal considera que la argumentación contenida en la demanda “trasciende la mera justificación de la lesión subjetiva de derechos fundamentales, cumple con la exigencia de justificación material de la especial trascendencia constitucional al plantear un conjunto de cuestiones jurídico-constitucionales sobre las cuales no existe doctrina de este Tribunal que, presentan una singular repercusión social, cuya evidencia no puede soslayarse”.
El fiscal considera que la argumentación contenida en la demanda “trasciende la mera justificación de la lesión subjetiva de derechos fundamentales, cumple con la exigencia de justificación material de la especial trascendencia constitucional al plantear un conjunto de cuestiones jurídico-constitucionales sobre las cuales no existe doctrina de este Tribunal que, presentan una singular repercusión social, cuya evidencia no puede soslayarse”.
El Letrado Eduardo Ranz Alonso, pone a su disposición su despacho profesional, (Calle Téllez nº 12, de Madrid, teléfono 910179641), para representar legalmente a toda persona que, en nombre de aquel familiar de víctima que lo solicite, pueda iniciar su causa. La intención del proceso es la devolución de los restos a sus familias, en base al derecho de reparación y el deber de investigación judicial.
Declarados Lugares de Memoria Histórica 34 enclaves de represión franquista
Declarados Lugares de Memoria Histórica 34 enclaves de represión franquista
Europa Press | Sevilla | 27-12-2013El Consejo de Gobierno ha aprobado este viernes la declaración de 34 Lugares de Memoria Histórica en las ocho provincias andaluzas, de acuerdo con el decreto autonómico de agosto de 2011 que instaura esta figura para recordar los principales emplazamientos de la represión franquista y homenajear a las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura. Con ellos, son ya 50 los espacios de este tipo reconocidos en la comunidad autónoma.
Los nuevos enclaves declarados en la provincia de Sevilla son:
La Pañoleta de Camas, El Canal de los Presos, El Parque de los Luchadores por la Libertad de Fuentes de Andalucía y La fosa del cementerio de La Puebla de Cazalla.
A nivel andaluz, se han incluido los refugios antiaéreos de Almería; los muros de Puerta de Tierra en la ciudad de Cádiz, el Penal de El Puerto de Santa María, la 'Fosa de las Mujeres' de Grazalema y el Valle de la Sauceda de Jimena de la Frontera, en la provincia de Cádiz; las fosas comunes de los cementerios de la Guijarrosa y Santaella, la ruta guerrillera de Los Jubiles en Montoro, el Barranco de la Huesa y la zona de la Batalla de Valsequillo, en la provincia de Córdoba.
A ellos se unen el Barranco de El Carrizal de Órgiva, la desembocadura del río Guadalfeo en Salobreña, las estructuras defensivas del 'Cerco de Granada' y la puerta de la Prisión Provincial, en Granada; la cárcel provincial onubense, las fosas comunes de La Palma del Condado y del cementerio viejo de Almonte, la Isla de Saltés, el Membrillo Bajo en Zalamea la Real y el muro del Parque Moret de la capital, en Huelva.
También se encuentran las fosas comunes de los cementerios de Andújar, Martos, Linares y Úbeda, en Jaén; la prisión provincial y la cárcel de mujeres de Málaga, el cementerio de Ronda y las fosas de Istán, Villanueva del Cauche y Teba, en la provincia de Málaga.
De acuerdo con el decreto regulador de esta figura, la consideración de un emplazamiento como Lugar de Memoria Histórica obliga a la Administración pública titular a garantizar su identificación, señalización, preservación y, en el caso de que experimente alguna transformación de importancia, a mantener una huella o registro permanente que sirva para recordar los hechos relacionados con el sitio. Cuando la propiedad es privada, la Junta fomenta la firma de acuerdos con las personas y entidades titulares.
El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, ha lamentado en la rueda de prensa posterior a la celebración del Consejo de Gobierno que el Ejecutivo central esté "desmantelando" presupuestariamente estas políticas, "lo que ha generado una cascada de críticas como la de Naciones Unidas".
Además, ha señalado que el vicepresidente de la Junta y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, ha asegurado que la Ley de Memoria Democrática está "muy avanzada" y que, posiblemente, verá la luz "en el primer semestre de 2014".
Los Lugares de Memoria Histórica se inscriben en un catálogo específico de carácter público que contiene la documentación de cada emplazamiento y la adicional que se pueda generar y sea de utilidad para estudios e investigaciones.
La declaración, que corresponde al Consejo de Gobierno, conlleva un informe exhaustivo con documentación sobre el lugar, su evolución histórica y la narración de los hechos que motivan su reconocimiento con los datos sobre las personas e instituciones que se vieron involucradas.
GRUPO DE EXPERTOS
El inicio del procedimiento es competencia de la Dirección General de Memoria Democrática, dependiente de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales. El proceso se prolonga durante seis meses y cuenta con el apoyo de un grupo de seis expertos, coordinados por la persona titular de la citada dirección general. Tres de ellos representan a las asociaciones y colectivos memorialistas de la comunidad autónoma y los otros tres al Consejo Andaluz de Universidades.
Los 34 Lugares de Memoria Histórica declarados este viernes forman parte de un conjunto de 61 propuestas realizadas por ayuntamientos, diputaciones provinciales y asociaciones. Las 27 restantes continúan en fase de estudio.
Estos nuevos enclaves se suman a los 16 ya declarados en Andalucía: el monumento a los asesinados en el Campo de Concentración de Mauthausen y la antigua cárcel del Ingenio, en Almería; el Castillo de San Sebastián, en Cádiz; la fosa común del Cortijo El Marrufo, en Jerez de la Frontera (Cádiz); los Muros de la Memoria en los cementerios de la Salud y de San Rafael, en Córdoba; las tapias del cementerio de Granada y la carretera entre los municipios granadinos de Víznar y Alfacar; la fosa común del cementerio de Nerva (Huelva); el refugio antiaéreo de Jaén y los vestigios de la Batalla de Lopera en este municipio jiennense.
El resto de ellos son la carretera Málaga-Almería y el cementerio de San Rafael de Málaga; las antiguas cárcel de la Ranilla y Comisaría de Investigación y Vigilancia de la calle Jesús del Gran Poder, en Sevilla; la Casa de Blas Infante en Coria del Río (Sevilla) y el lugar de su fusilamiento en el kilómetro 4 de la antigua Carretera de Carmona, en el término municipal hispalense.
El Gobierno andaluz subraya la importancia de acuerdos como el adoptado hoy para hacer justicia a las víctimas de la represión franquista y reforzar los pilares de la democracia en un momento como el actual. En este sentido, el Ejecutivo recuerda que Andalucía es casi la única comunidad autónoma que mantiene políticas dirigidas a este fin, frente al desmantelamiento presupuestario de las mismas por el Gobierno de España, criticado por la Naciones Unidas.
Para el Ejecutivo autonómico, estas políticas son fundamentales para no cometer errores en el futuro, consolidar las libertades y honrar la memoria de quienes defendieron la democracia contra regímenes totalitarios. Actualmente, la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales está finalizando los trabajos de elaboración del proyecto de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía, que permitirá consolidar y reforzar las medidas de la Junta en este campo.
http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-junta-declara-lugares-memoria-historica-34-enclaves-representativos-represion-franquista-20131227142930.html
lunes, 23 de diciembre de 2013
28 D CONCENTRACIÓN EN LA GAVIDIA
28D POR LA EXHUMACIÓN DE LOS INOCENTES ASESINADOS.
Este próximo sábado 28 de diciembre (día de los inocentes)
nos volveremos a ver en la Plaza de la Gavidia (Sevilla) como venimos
haciendo desde hace más de cinco años reivindicando las exhumaciones de las
fosas del franquismo. De todas las actuaciones que las asociaciones,
instituciones y grupos interesados en la cuestión de la Memoria Histórica
llevan a cabo, entendemos que son las exhumaciones de fosas la actividad que
debemos tener por prioritaria. Exhumar una fosa es un acto que constituye
un fin en sí mismo y que al mismo tiempo cumple otras tareas no menos
importantes. Es un fin en sí mismo ya que los asesinos tenían dos objetivos al
cometer sus viles crímenes: despojar de la vida a la víctima y también robar la
posibilidad a la familia del asesinado de llorar la muerte de su allegado en un
enterramiento digno y elegido por aquellos a quienes correspondía, al mismo
tiempo que borrar las pruebas de sus delitos. A “nuestras” víctimas no
podemos devolverle la vida, pero si podemos llevar la contraria a sus asesinos
sacándolos de las fosas donde los arrojaron para, por fin, llevarlos hasta un
lugar que pueda denominarse enterramiento digno
Una exhumación es también una demostración del genocidio que
cometieron los fascistas de este país, genocidio que hoy todavía hay quien
se atreve a negar o minimizar, es evitar que el borrado de pruebas que
pretendían sea efectivo. Cuando se abre una fosa como la de El Bosque
(la primera realizada públicamente en Andalucía y que próximamente cumplirá
DIEZ AÑOS del inicio de la exhumación por parte de empleados públicos) Cazalla
de la Sierra, La Puebla de Cazalla, Zalamea la Real, Gerena, Málaga, Teba,
Moraleda de Zafallona, Guachos, Sierro, Alcalá del Valle,
… o cualquiera de los centenares que hay en Andalucía, queda patente el
crimen fundacional de la dictadura fascista instaurada en el 39, los cuerpos de
las víctimas son la prueba inquebrantable e innegable del ímpetu asesino y de
la falta de piedad de aquellos que actuaron inspirados en sacrosantos valores.
No hay mejor prueba de cargo que contemplar una fosa abierta ni mejor
reparación para las víctimas y sus familiares que trasladar los restos del sitio
que sus asesinos decidieron que fuese su tumba.
Es por ello que asistimos con preocupación al hecho de la pequeña
partida, que para esto se ha recogido en los presupuestos andaluces y
relacionado directa-mente, también en la última orden de subvenciones de la
Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Memoria Democrática,
tan sólo UN EURO DE CADA CUATRO vaya destinado a exhumar fosas, y
que proyectos de exhumación de fosas se hayan quedado fuera o hayan sido
replanteados para la “indagación”, “señalización” y otras actuaciones que
entendemos preliminares pero que no pueden ser un fin último. Estas primeras
acciones en las fosas si tienen una importancia numérica y económica en dicha
orden que las exhumaciones no tienen. Esperamos que estas fosas localizadas,
indagadas, señalizadas, etc. sean objeto de una postrera actuación que termine
el proceso sacando los cuerpos de esos indignos lugares, para poder cumplir con
los objetivos antes descritos del proceso exhumatorio, no entenderíamos
como completada la actuación sobre una fosa con su simple localización y
señalización.
En este contexto se hace imprescindible hacer mención a los hechos
ocurridos recientemente en La Algaba (Sevilla), si grave es que se
destruya una fosa de víctimas del fascismo, peor aún es que se tenga que oír o
leer que se justifique esa acción porque eran “mendigos” o “indigentes”,
más allá de las circunstancias o la época en que una persona acaba en una fosa
común, es de una falta de sensibilidad terrible amparar que se remuevan
mecánicamente los restos de unas personas impunemente amparándose en la falta
de recursos económicos en vida de aquellos que yacen muertos. Si además eso se
hace a personas que fueron presos esclavos de un campo de concentración,
resultan aún más impresentables, inauditos e injustificables los argumentos,
los hechos y la falta de consecuencias (a día de hoy) de los hechos de La
Algaba. Ya pasó con anterioridad en otros lugares (Orgiva. Granada) con
los restos de guerrilleros. Frente a estas prácticas, y en situaciones
similares (antiguo cementerio) destacar la que realizará el ayuntamiento de la Puebla
de Guzmán a partir de febrero de 2014 con la realización de catas arqueológicas
para una futura exhumación de la fosa común donde están los restos de 15
mujeres asesinadas.
Se agradece la divulgación
Alcalde Isacio Contreras 2b, local 8 / 41003
Sevilla
miércoles, 18 de diciembre de 2013
El Ayuntamiento de La Algaba señalizará el campo de trabajo esclavo y tiende la mano para investigar la fosa
andaluces.es/OLIVIA CARBALLAR / Sevilla / 18 Dic 2013
“No consta en ningún registro que haya personas enterradas víctimas del franquismo en ese cementerio. Pero estoy abierto a cualquier investigación para comprobar si existe una fosa con presos del campo de trabajo”. El alcalde de La Algaba, el socialista Diego Agüera, se ha mostrado a disposición de los grupos memorialistas después de que estos denunciaran que el Ayuntamiento estaba derribando el antiguo cementerio del pueblo sin verificar si existe o no un enterramiento con 144 presos que murieron de hambre en el campo de trabajo esclavo Las Arenas, entre 1941 y 1942.
“Sí había una fosa perfectamente identificada y, en el primer semestre de este año, trasladamos los restos, con todos los honores y respetos, al nuevo cementerio. Todas esas personas, la mayoría no identificadas, tendrán su homenaje también”, ha insistido el alcalde a Andalucesdiario.es, que ha corregido las declaraciones recogidas en este periódico en las que el gabinete de prensa municipal afirmó que no se buscaría a esas personas porque no fueron fusilados, sino que eran indigentes. “Yo soy el primer interesado en este tema”, ha asegurado. Según explicó, se reunirá este mismo jueves con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), propietaria de los terrenos donde se ubicó el campo de trabajo esclavo -del que, según explica, tuvo conocimiento por el propio colectivo memorialista-, para señalizar el lugar y colocar un monumento o placa en homenaje a esas personas represaliadas por el franquismo.
El grupo de trabajo de memoria histórica de CGT-A, que no da crédito a la actuación del Ayuntamiento, ya ha comenzado a contactar con los consistorios de donde eran originarios estos presos -de toda Andalucía, Badajoz, Albacete, Alicante, Barcelona, Ciudad Real, Las Palmas, Palencia, Pontevedra, Toledo, Zaragoza- e incluso con el Gobierno portugués -de donde procedían cuatro de ellos- para instarles a que se interesen por la suerte de los restos óseos de sus paisanos.
“[Tras una reunión con el alcalde en septiembre] Nuestra sorpresa es enterarnos por los medios de comunicación (el 12/12) del anuncio, a través de la web municipal, del inicio de las obras de derribo y construcción de un parque con una asignación de 400.000 euros, sin ningún tipo de referencia a la fosa de los presos. En la prensa se manifiesta que no pensaban hacerlo ya que se trataba de indigentes y mendigos que no habían sido fusilados. Una respuesta que no sólo indica un desprecio preocupante y una falta de humanidad absoluta sino que, además, ignora las diferentes modalidades de la represión golpista que llevaron a la marginación y a la mendicidad a miles de personas perseguidas por sus ideas sociales y políticas”, reza la carta dirigida al Ayuntamiento de Medina de las Torres (Badajoz). El grupo también había pedido la intervención de la Dirección General de Memoria Democrática, que, según el alcalde, no se ha puesto en contacto con él. Este periódico intentó sin éxito conocer las explicaciones del departamento dependiente de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales.
Los datos sobre ese campo, puesto en marcha por el Ayuntamiento de Sevilla, proceden de las investigaciones realizadas por María Victoria Fernández Luceño y José María García Márquez. “Fue escandalosa la mortalidad que se dio en el Campo de Las Arenas, mucho más que en la Prisión Provincial en proporción a los reclusos que había. Todos ellos en el ‘año del hambre’ (1941-1942) y eran indigentes, sí, pero presos, sin posibilidad de salir del campo. Fue un crimen monstruoso el que se cometió con estas personas“, declaró García Márquez a este periódico.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Eran mendigos, indigentes, no fueron fusilados...simplemente los mataron de hambre...
Para DIME/ CGG
¡¡¡ERAN MENDIGOS, INDINGENTES!!!
NO FUERON FUSILADOS
Simplemente “los mataron de hambre”, añadimos nosotros.
Hoy mismo hemos contactado con los responsables de la “Memoria Histórica” del PSOE.A para que pongan firme al Alcalde de La Algaba. De igual manera hemos comunicado (informalmente, aunque lo haremos por escrito) a la Dirección General de la Memoria Democrática de la Junta para que intervenga. ¿Lo harán?
+ información sobre el campo de concentración: http://www.todoslosnombres.org/php/verArchivo.php?id=7737
Olivia Carballar / Sevilla / 12 dic 2013
Foto: Las obras en el
viejo cementerio de La Algaba.
El
Ayuntamiento de La Algaba (Sevilla) ha comenzado a derribar el viejo
cementerio, cuyo último enterramiento se produjo hace más de 15 años, para
convertirlo en un parque urbano, el pulmón verde de la localidad. Hasta aquí
todo normal. El problema es que, según denuncian colectivos memorialistas, debajo de
ese cementerio hay una supuesta fosa común donde enterraron a 144 presos que
murieron de hambre en el campo de trabajo esclavo Las Arenas, entre 1941 y 1942, según las investigaciones realizadas por María
Victoria Fernández Luceño y José María García Márquez. Estos
presos procedían de las ocho provincias andaluzas y de Badajoz, Albacete,
Alicante, Barcelona, Ciudad Real, Las Palmas, Palencia, Pontevedra, Toledo,
Zaragoza y Portugal.
“Confiamos
aún en que se produzca una intervención previa de localización y posterior
protección de esos restos que debería terminar con la exhumación antes de que
se construya ese parque”, ha denunciado el coordinador del Grupo de Trabajo de
Memoria Histórica de CGT-A, Cecilio Gordillo, que afirma que ya se lo pidieron
al alcalde, el socialista Diego Agüera, en una reunión.
El
Ayuntamiento, sin embargo, considera que esas personas no fueron fusiladas, y,
por tanto, no iniciarán su búsqueda, según confirmó ayer el consistorio a Andalucesdiario.es
a través de su gabinete de prensa: “Eran mendigos, indigentes”, explicaron.
“Esa
gente fue algo peor que fusilada, murió de hambre. Fue escandalosa la
mortalidad que se dio en el Campo de Las Arenas, mucho más que en la Prisión
Provincial en proporción a los reclusos que había. Todos ellos en el ‘año del
hambre’ (1941-1942) y eran indigentes, sí, pero presos, sin posibilidad de salir del
campo. Fue un crimen monstruoso el que se cometió con estas personas“, explica el historiador José María García Márquez,
autor de Las víctimas
de la represión militar en la provincia de Sevilla, 1936-1963 (Aconcagua Libros, 2012).
“Con
estas actuaciones en los cementerios, como ocurrió en Órgiva (Granada), se está mirando también
para otro lado, enterrando la historia”, concluye Gordillo. El viejo edificio
donde fue instalado el campo, creado por el Ayuntamiento de Sevilla, aún
permanece en ruinas en un polígono del pueblo, pero no hay nada, ninguna señal
que indique el horror que allí se vivió.
Alcalde
Isacio Contreras 2b, local 8. 41003 Sevilla
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Otto Engelhardt,el hombre que trajo la luz a Sevilla
Extraído de andaluces.es/ Olivia Carballar
“Le echaron tierra encima porque lo mataron y ahora sigue imponiéndose el silencio”
“Los conductores y cobradores de los tranvías eléctricos dedican a su digno director don Otto Engelhardt este insignificante recuerdo que pretenden sea expresión sincera y justa de la intensa gratitud que sienten por la concesión tan beneficiosa hecha a sus pretensiones accediendo a la minoración de las horas de la jornada de invierno. La satisfacción de hacer el bien sea su más legítima recompensa”. Es la leyenda que preside la entrada de la casa de Conrado, nieto de Otto Engelhardt. Ese mismo cuadro, de principios del siglo pasado, estuvo esperando en dependencias municipales para ser expuesto en una muestra sobre la historia del transporte público en Sevilla, pero fue rechazado, según cuenta la familia, con una excusa: Tussam les trasladó que no hubiera podido hacer frente a posibles daños dado el incalculable valor sentimental. “¡Pero si nosotros lo que queremos es que se conozca quién fue Otto Engelhardt!”, dice sin dar crédito Ruth, su bisnieta, hija de Conrado.
De una caja de plástico, comienza a sacar fotografías y recuerdos de su bisabuelo. Otto Engelhardt, un ingenerio nacido en 1866 en Brunswick (Alemania), fue el hombre que trajo la luz a Sevilla. En sentido literal: fue el primer director de la Compañía Sevillana de Electricidad, en 1894. “En esta se ve uno de los primeros alumbrados de la feria de Sevilla”, señala Ruth con una foto en la mano. Y en sentido figurado:trabajó para que los sevillanos fueran más libres, más abiertos, más progresistas. “Y en esta está en el laboratorio farmacéutico que creó después de rechazar la nacionalidad alemana”, cuenta sosteniendo otra foto vieja sin una mota de polvo encima.
Cónsul alemán honorífico en la capital andaluza, devolvió todas las medallas que le habían concedido porque no quería ser cómplice del nazismo. Condenó el exterminio nazi mucho antes de que nadie aventurase lo que iba a suceder más tarde, en la Segunda Guerra Mundial. “¡Gracias a Dios que vivo ahora como ciudadano español, bajo la protección de un Gobierno que está tan lejos del fascismo como yo de Hitler y sus príncipes! No dejo de amar a mi Alemania y le deseo para ella de corazón que vengan pronto días felices sin Hitler, sin barones y príncipes; días republicanos de verdad y prósperos como merece el pacífico pueblo alemán”, escribió en un artículo en El Liberal.
“¡Gracias a Dios que vivo ahora como ciudadano español, bajo la protección de un Gobierno que está tan lejos del fascismo como yo de Hitler y sus príncipes!
Hasta que el franquismo -con la connivencia del nazismo según sospecha la familia- decidió apagarle la luz a él. En 1936, con casi 70 años, fue fusilado. Lo sacaron del hospital de las Cinco Llagas de Sevilla, hoy sede del Parlamento andaluz, donde aguardaba ingresado, enfermo, junto a una de las salas a las que él mismo había contribuido a restaurar con su generosidad. Y todavía no hay ni una calle en Sevilla que recuerde a este hombre, al hombre que trajo la luz a la ciudad con sus avances técnicos -fue también director de la Compañía Sevillana de Tranvías- y científicos -creó un antiepiléptico y el conocido Ceregumil- en una época en la que no había más luces, ni más progreso que los carros tirados por las mulas.
“No ha habido interés en esta ciudad por sacar a la luz a este hombre que tanto hizo por Sevilla, por el bienestar de los sevillanos. Le echaron tierra encima porque lo mataron y ahora sigue imponiéndose el silencio, el tabú”, denuncia Ruth, que está especialmente satisfecha porque ha conseguido que su padre se siente a hablar públicamente, por primera vez, del abuelo Otto.
Unos documentos demuestran que fue investigado y vigilado por el Consulado en Sevilla y la Embajada alemana en Madrid desde enero de 1929 a diciembre de 1935
“En el año 16 vino un submarino alemán por el Guadalquivir cargado de explosivos para hacer estallar los barcos ingleses que había en el puerto. Y el abuelo logró hablar con el capitán del barco, desmontaron los explosivos, que deben estar ocultos por la orilla de Gelves o por las inmediaciones, y se deshizo aquella operación porque era una barbaridad. Impidió que un país más, España, hubiera entrado en guerra contra Alemania”, cuenta orgulloso Conrado, un hombre callado, culto, que está traduciendo al español unos documentos que demuestran que fue investigado y vigilado por el Consulado en Sevilla y la Embajada alemana en Madrid desde enero de 1929 a diciembre de 1935. “El que fue después cónsul alemán, Gustav Draeger, era amigo íntimo de Queipo de Llano. Y creemos que este hombre instó a elminarlo. Draeger, de hecho, murió en Camas ya de viejo”, sostiene Ruth.
“Mi bisabuelo hablaba de Hitler como de Manolo. Hablaba públicamente y abiertamente y publicaba textos en periódicos. Era republicano alemán y pacifista”, añade Ruth, que cuenta que en la Primera Guerra Mundial los ingleses protestaron por que un alemán dirigiera la compañía de electricidad sevillana. Él decidió dimitir con una condición: que mantuviesen los puestos de trabajo al resto de trabajadores alemanes. ”Cuando vino el zeppelin, a alguien se le ocurrió la idea de que pasara por encima de la casa para saludar al cónsul y el cónsul arrió su bandera republicana, un megáfono y empezó a insultar a todo el mundo“, cuenta entre risas Conrado.
“Mi bisabuelo hablaba de Hitler como de Manolo. Hablaba públicamente y abiertamente y publicaba textos en periódicos. Era republicano alemán y pacifista”
Entre risas ahora. Porque Conrado, de niño, también sintió el terror de la dictadura. Como tantas otras víctimas, pagó las consecuencias de ser el nieto de un cónsul rebelde que tuvo la osadía de renegar de Hitler al que luego lo mató Franco. Recuerda que su tía, que había sido monja de clausura, insistió al párroco para que le permitiera hacer la comunión. Y la hizo pero a las seis de la mañana, que fue la hora que puso el cura como condición para que aquello no supusiese un escándalo público. ”La Gestapo y la Falange hacían registros donde yo vivía con mis padres, en la calle Luis Montoto. Entraban a culatazos, a las cinco, a las seis de la mañana, hasta que un vecino que teníamos carlista apareció una noche allí con su boina roja y su sable y ya no volvieron más”, explica. Se llevaron muchísimos libros de la biblioteca. Pero parece, sonríe Conrado, que no sabían leer: “El Capital, de Marx, que tenía la tapa verde y no roja, lo dejaron“.
Y vuelve Conrado, hoy con 81 años, a entristecerse cuando rememora que la segunda mujer de su abuelo, Mercedes, andaluza, tuvo que aguantar a la Legión Cóndor en su casa, donde se hospedaron después de haber asesinado a su marido. “La abuela recibió un tortazo en el cine porque al final, cuando aparecía el Nodo, no se levantó ni saludó en alto. Cuando muera Franco voy a coger una borrachera, pero no vivió para verlo”, sigue contando Conrado. Ana, la primera mujer de Otto -curiosa coincidencia con Los amantes del círculo polar ártico- era alemana y murió de inanición en un psiquiátrico, tras buscar desesperadamente a un hijo que creía muerto. De ella conserva aún Conrado una biblia traducida por Lutero: “Aquel cura de la comunión quería que la destruyese, pero aquí esta aún, arriba, con un valor literario enorme. Si Cervantes le da consistencia al idioma español, el alemán con el que se escribe esta bilibia es el que le da consistencia al alemán moderno”.
La segunda mujer de Otto tuvo que aguantar a la Legión Cóndor en su casa, donde se hospedaron después de haber asesinado a su marido
Con la generosidad heredara del abuelo Otto, Conrado ha regalado muchos de sus libros a sus amigos. Incluso el violín que tocaba este hombre hambriento siempre de conocimiento. “Estaba estudiando también árabe”, dice Conrado, que toca el piano y aún recuerda otro sonido menos melódico, el de los tiros: “Cuando yo era chico pasaban por delante de la ventana las filas de gente del Ejército y un poquito más arriba los fusilaban”.
En la familia son monotemáticos: “Sólo hablamos de Otto”. Carmen, la mujer de Conrado, interviene también indignada en la conversación. Y luego llega Salvador, el marido de Ruth, y exhala pasión por todos lados: “Le habéis contado lo del submarino, y que su su mujer tuvo que convivir con sus asesinos, y que era generoso, y que también era bromista…?” Eso no. “Pues puso el número 13 al tranvía que llevaba al cementerio. Y de color gris ceniza. Trece, gris y ceniza. Toma superstición”, ríe Salvador.
Ruth no para de contar éxitos. Coge la reproducción de un libro que regalaron los trabajadores del tranvía a su bisabuelo y muestra las cifras de los beneficios logrados: “Comenzó con un capital de 2,8 millones en 1898, y en 1910 era ya de diez millones. Este libro lo tiene la Fundación Endesa en una vitrina y no saben ni quién es Otto Engelhardt“. Se sabe fragmentos de memoria y aún se emociona al leerlo: “A don Otto. A través del tiempo, vuestros hijos lean sus páginas, ellos podrán corroborar el lema con el que comenzamos esta humilde dedicatoria: nuestro padre vive en sus obras. Nunca va a morir. 12 de diciembre de 1920″. Y luego vienen páginas y páginas con las firmas de los trabajadores. “De todos, de todos, de todos, de todos, de todos, de todos los trabajadores, páginas y páginas de personas, porque esto son personas”, repite sin cesar Salvador.
Otto Engelhardt sí ha recibido homenajes en San Juan de Aznalfareche, donde se ubica la residencia donde vivió, Villa Chaboya. Un juzgado acaba de autorizar al Ayuntamiento a acceder al inmueble, de estilo neomudéjar y catalogado como bien histórico, para revisar su estado e instar a los propietarios, una inmobiliaria, a realizar las obras para su conservación o, por el contrario, poder expropiarlo. A la familia, que desconoce dónde están sus restos, le gustaría convertir el lugar en un museo. En este pueblo del Aljarafe también existe una plaza con su nombre. Mientras, en Sevilla, continúan esperando a que las administraciones quieren contar la historia de este hombre que defendió los principios democráticos por encima de su propia vida, el hombre que trajo la luz a una ciudad que vive a veces demasiado a oscuras.
lunes, 9 de diciembre de 2013
La Iglesia solo admite que fue víctima y niega que también fue verdugo
Francisco Espinosa Maestre. Historiador
Decía hace poco el obispo de Tarragona, Jaume Pujol, que cuando “ve la memoria histórica” se da cuenta de que le faltan “sus sacerdotes y el obispo”. Según él, se dijo que en esa lista iban a estar “los dos bandos”. Pero rápidamente añade que los suyos “no son de un bando, son otra cosa…”, ya que hay que distinguir entre la persecución religiosa y la guerra civil. Mantiene Pujol que la persecución religiosa venía ya de antes, de los años treinta, aunque tenga que afinar más y dejarlo en “los años 34”, donde dice que ya hubo más de cien muertos. De ahí que se permitan hablar de “los mártires del siglo XX”. Al contrario que otros, la Iglesia, por supuesto, no abre heridas sino que las cura. Pero hay más. Según el obispo, los asesinos de los 522 mártires no han pedido aún perdón, al contrario que la Iglesia: “El papa Juan Pablo II ya pidió perdón en el 2.000 por toda la Iglesia”, lo cual parece que incluye, aunque no nos enteráramos, a la Iglesia española. Por su parte, el jesuita y jesuítico exportavoz Martínez Camino se mostró partidario de abrir las fosas comunes. Sería “una obligación de piedad y humanidad”, declaró. Y añadió: “Y lo decimos con toda el alma: no se debe olvidar a ninguna víctima inocente”. Martínez Camino también ha dejado perlas como estas: “[El acto de Tarragona es] ejemplo de perdón al enemigo”, “Los cristianos no queremos tener enemigos” o “La Iglesia no olvida ninguna de las víctimas de los totalitarismos”. Uno lee con cierto asombro estas declaraciones. No solo debemos soportar que la Conferencia Episcopal organice actos como el de Tarragona sino las justificaciones que dan sus responsables, amplificadas por sus múltiples medios. El obispo debe saber que los religiosos asesinados, tanto durante la revolución de Asturias como a partir del golpe militar del 18 de julio de 1936, no tienen por qué estar en lista alguna de la memoria histórica, porque esto sería repetir sus nombres. Además rebosa cinismo al echar de menos en dichas listas a “sus” sacerdotes y al obispo. A todas las víctimas de la Iglesia se las lleva conmemorando como mínimo desde 1939. Todas las diócesis y órdenes publicaron sus martirologios y la Iglesia se encargó a lo largo de la dictadura de que sus nombres no se olvidaran. Lo que llama la atención es que el señor obispo no eche de menos al diezmado rebaño. Precisamente a sus ovejas degolladas, olvidadas durante décadas, va dedicada la memoria histórica. ¿De dónde saca que “en la lista” iban a estar “los dos bandos”? Los suyos, Sr. Obispo, ya estaban en las listas de la memoria histórica del franquismo, mucho más antigua que la que surgió la década pasada. Esa es su memoria y allí sí que solo estaban los suyos. Los que de verdad no hemos olvidado a nadie somos los historiadores. No los eclesiásticos como Montero, García Cárcel o Martín Rubio, que como Pujol solo tienen ojos para los suyos, sino los que hemos sacado a la luz la matanza fundacional del fascismo español, bendecida por la Iglesia. En nuestras obras constan también las víctimas de derechas y, por tanto, las de la Iglesia. Sabemos por otro obispo, el citado Antonio Montero, que el número de víctimas que la Iglesia considera suyas anda en torno a las seis mil ochocientas en todo el país. Un número altísimo sin duda que representa el 14 % del total de víctimas de derechas. Pero, en todo caso, un número similar al número de víctimas causado por el fascismo en una provincia como Huelva, inferior al de Córdoba o la mitad o menos del que hubo en Sevilla o Badajoz. El terror rojo acabó con más de doscientas religiosas, muchas de ellas beatificadas. Pero sólo entre las cuatro provincias mencionadas el fascismo católico acabó con más de dos mil mujeres, incluidas embarazadas. ¿Las recordarán alguna vez, Sr. Obispo? El montaje de la Iglesia española con sus “mártires del siglo XX”, que viene de lejos, exige separarlos de la “guerra civil” y convertirlo en un fenómeno especial ajeno a esta. La Iglesia prefiere hablar de “persecución religiosa” y asociarla a la República, más por el intento de modernización que se llevó a cabo en relación con la Iglesia y en el campo de la enseñanza que por la persecución religiosa en sí. Pujol habla de más de cien muertos antes del golpe militar pero, si nos atenemos a la investigación histórica, no hay manera de pasar de los 34 causados por la revolución asturiana. Y en este caso, la mayor parte de los historiadores, incluso los más moderados, coinciden en que fueron hechos puntuales que no respondían a ningún plan establecido ni a persecución alguna. De hecho, la inmensa mayoría del personal religioso fue respetada. Lo que busca la Iglesia al llevar el origen de la “persecución” al 34 es lo mismo que los “Moas” al trasladar el “origen de la guerra civil” a octubre de ese mismo año: despegarse del golpe militar y de sus complicidades. La Iglesia sabe que desde el momento en que se produjo la sublevación tuvo lugar un doble proceso: en la zona en que fracasó provocó un movimiento revolucionario que en unos meses se llevó por delante la vida de miles de personas, y en la zona en que se impuso y en los territorios que las columnas van ocupando un calculado plan de exterminio que deja pequeño al otro. En este plan la Iglesia participa de diferentes formas y eso es lo que nunca ha reconocido. La Iglesia solo admite que fue víctima y sigue ocultando y negando que también fue verdugo. La agresión vino del fascismo y fue con este con el que la Iglesia se alineó. La guerra civil fue consecuencia del fracaso parcial del golpe. La Iglesia formaba parte del poder, era mantenida por el Estado y controlaba desde el siglo XIX sectores básicos de la enseñanza. Este orden fue el que vino a trastocar la República. Para nadie era un secreto la ideología política de la Iglesia ni el privilegiado estatus de que había gozado hasta entonces. La República, al poner fin a la monarquía, acabó con la vieja alianza entre el Trono y el Altar y convirtió la religión en un asunto privado al que cada uno era libre de dar la importancia que quisiera. El panorama resultó alarmante para la Iglesia. Sólo que en vez de reflexionar sobre las razones por las que tanta gente vivía ajena por completo a ella y a sus preceptos, prefirió culpabilizar a la República. En 1931 eclosionó una moral laica que se había ido forjando desde finales del XIX. Pero esta situación, acorde con los tiempos, suponía una provocación para la Iglesia, que no podía ver cómo la sociedad seguía su marcha sin tenerla en cuenta para nada. Pujol dice que los religiosos asesinados no son de un bando, pero al obispo hay que decirle que, quisieran o no quisieran, el hecho de pertenecer a la Iglesia los convertía en parte principal del único bando que existió: el de los sectores que propiciaron, alimentaron y se sumaron al golpe militar cuyo objetivo no era otro que acabar con la República. Fueron muchos en todo el país los religiosos detenidos tras el fracaso del golpe. Pero no por la “persecución religiosa”, sino dentro de las medidas que los comités tomaron para controlar la situación. Parroquias, sacristías y depósitos varios albergarán a propietarios, derechistas destacados, falangistas, curas, obreros serviles, etc. Y allí donde se abrió la vía al crimen morirán todos juntos. Sus asesinos los matan por ser enemigos de clase y por representar una institución reaccionaria. Pero le diré algo al Sr. Obispo: si todos los curas detenidos tras el golpe hubieran sido asesinados, el número de víctimas religiosas habría que duplicarlo al menos. ¿Y sabe por qué no llegó a ocurrir tal cosa? Porque el respeto por la vida estuvo más cerca de los comités que se constituyeron para la defensa de la República que de los que se sublevaron y contribuyeron a su destrucción, Iglesia inclusive. Enerva que con este pasado la Iglesia ejerza de defensora de la vida. Entre las afirmaciones de Pujol una de las más provocadoras es la de que los asesinos de los 522 mártires no pidieron perdón, pero el papa polaco sí. El obispo debe saber que por cada muerte de estas cayó luego mucha gente y que el sistema judicial franquista no se caracterizaba precisamente por el respeto a las garantías procesales. ¿Sabe acaso lo que dijeron antes de morir los culpables que fueron ejecutados? ¿Ha pensado alguna vez el obispo cuántos inocentes cayeron por cada uno de sus mártires? ¿No se ha fijado nunca en el apartado de la Causa General dedicado a los culpables y su paradero? El perdón pedido por Wojtyla en nombre de toda la Iglesia, ¿se refería a las barbaridades cometidas por la Iglesia en el siglo XX o a lo largo de su historia, en Europa o en el mundo? Pues sí que le salen baratos los pecados a la Iglesia. Y para colmo salen los de aquí diciendo que ese perdón incluía el mal que pudo hacer la Iglesia en España. Asunto resuelto. A algunos nos hubiera gustado que el perdón lo hubiera solicitado la Conferencia Episcopal no sin antes haber especificado los pecados cometidos a partir de julio de 1936. Así, en relación con la Iglesia, además de sus “mártires del siglo XX”, podríamos hablar de sus “pecados del siglo XX”. Sorprende la llamada que hizo el ya exportavoz Martínez Camino a favor de la apertura de fosas comunes. Pues desde su cargo de secretario de la CEE y como experto en los “mártires del siglo XX” podría haber sido de gran utilidad favoreciendo el acceso a la documentación eclesiástica relacionada con la represión franquista. Por ejemplo, las memorias e informes de carácter interno y los expedientes personales de capellanes, párrocos, obispos, etc. Al fin y al cabo son archivos cuyo mantenimiento pagamos todos y que deberían regirse por la Ley de Patrimonio Histórico. Y digo que deberían porque hasta la fecha ellos deciden qué y quién lo puede ver. La Iglesia española tiene la creencia de que todas sus víctimas eran inocentes, de lo cual yo no dudo, si bien en lo referente a las provincias que he estudiado hay casos en los que podría aportar inquietantes matices. Sin embargo, los enemigos de la memoria histórica, entre ellos algunos eclesiásticos, han planteado más de una vez dudas sobre la inocencia de las víctimas del franquismo. Dejando caer: ¿y quién dice que estos que estáis recuperando fueron víctimas inocentes? Ya dijo el cura falangista Martín Rubio que la justicia franquista siempre castigaba por delitos concretos. En definitiva estamos ante lo de siempre. La inocencia de unos se da por supuesto; la de los otros habría que probarla. Finalmente asombra que Martínez Camino afirme que la Iglesia nunca olvida a las víctimas de los totalitarismos. Se ve que el jesuita debe ser de la escuela del sociólogo Juan José Linz, al que tanto debe el franquismo, y que lo que ha querido decir es que no olvidan a las víctimas del nazismo y del comunismo. Como el franquismo, según Linz, fue un régimen autoritario, pues no hace falta recordar a sus víctimas. Quizás por eso la Iglesia no lo ha hecho nunca. Olvidan la frase con la que el historiador Herbert Southworth cerraba su obra El mito de la cruzada de Franco: “Sí, caballeros, tenéis razón; era una cruzada. Pero la cruz era gamada”.
Decía hace poco el obispo de Tarragona, Jaume Pujol, que cuando “ve la memoria histórica” se da cuenta de que le faltan “sus sacerdotes y el obispo”. Según él, se dijo que en esa lista iban a estar “los dos bandos”. Pero rápidamente añade que los suyos “no son de un bando, son otra cosa…”, ya que hay que distinguir entre la persecución religiosa y la guerra civil. Mantiene Pujol que la persecución religiosa venía ya de antes, de los años treinta, aunque tenga que afinar más y dejarlo en “los años 34”, donde dice que ya hubo más de cien muertos. De ahí que se permitan hablar de “los mártires del siglo XX”. Al contrario que otros, la Iglesia, por supuesto, no abre heridas sino que las cura. Pero hay más. Según el obispo, los asesinos de los 522 mártires no han pedido aún perdón, al contrario que la Iglesia: “El papa Juan Pablo II ya pidió perdón en el 2.000 por toda la Iglesia”, lo cual parece que incluye, aunque no nos enteráramos, a la Iglesia española. Por su parte, el jesuita y jesuítico exportavoz Martínez Camino se mostró partidario de abrir las fosas comunes. Sería “una obligación de piedad y humanidad”, declaró. Y añadió: “Y lo decimos con toda el alma: no se debe olvidar a ninguna víctima inocente”. Martínez Camino también ha dejado perlas como estas: “[El acto de Tarragona es] ejemplo de perdón al enemigo”, “Los cristianos no queremos tener enemigos” o “La Iglesia no olvida ninguna de las víctimas de los totalitarismos”. Uno lee con cierto asombro estas declaraciones. No solo debemos soportar que la Conferencia Episcopal organice actos como el de Tarragona sino las justificaciones que dan sus responsables, amplificadas por sus múltiples medios. El obispo debe saber que los religiosos asesinados, tanto durante la revolución de Asturias como a partir del golpe militar del 18 de julio de 1936, no tienen por qué estar en lista alguna de la memoria histórica, porque esto sería repetir sus nombres. Además rebosa cinismo al echar de menos en dichas listas a “sus” sacerdotes y al obispo. A todas las víctimas de la Iglesia se las lleva conmemorando como mínimo desde 1939. Todas las diócesis y órdenes publicaron sus martirologios y la Iglesia se encargó a lo largo de la dictadura de que sus nombres no se olvidaran. Lo que llama la atención es que el señor obispo no eche de menos al diezmado rebaño. Precisamente a sus ovejas degolladas, olvidadas durante décadas, va dedicada la memoria histórica. ¿De dónde saca que “en la lista” iban a estar “los dos bandos”? Los suyos, Sr. Obispo, ya estaban en las listas de la memoria histórica del franquismo, mucho más antigua que la que surgió la década pasada. Esa es su memoria y allí sí que solo estaban los suyos. Los que de verdad no hemos olvidado a nadie somos los historiadores. No los eclesiásticos como Montero, García Cárcel o Martín Rubio, que como Pujol solo tienen ojos para los suyos, sino los que hemos sacado a la luz la matanza fundacional del fascismo español, bendecida por la Iglesia. En nuestras obras constan también las víctimas de derechas y, por tanto, las de la Iglesia. Sabemos por otro obispo, el citado Antonio Montero, que el número de víctimas que la Iglesia considera suyas anda en torno a las seis mil ochocientas en todo el país. Un número altísimo sin duda que representa el 14 % del total de víctimas de derechas. Pero, en todo caso, un número similar al número de víctimas causado por el fascismo en una provincia como Huelva, inferior al de Córdoba o la mitad o menos del que hubo en Sevilla o Badajoz. El terror rojo acabó con más de doscientas religiosas, muchas de ellas beatificadas. Pero sólo entre las cuatro provincias mencionadas el fascismo católico acabó con más de dos mil mujeres, incluidas embarazadas. ¿Las recordarán alguna vez, Sr. Obispo? El montaje de la Iglesia española con sus “mártires del siglo XX”, que viene de lejos, exige separarlos de la “guerra civil” y convertirlo en un fenómeno especial ajeno a esta. La Iglesia prefiere hablar de “persecución religiosa” y asociarla a la República, más por el intento de modernización que se llevó a cabo en relación con la Iglesia y en el campo de la enseñanza que por la persecución religiosa en sí. Pujol habla de más de cien muertos antes del golpe militar pero, si nos atenemos a la investigación histórica, no hay manera de pasar de los 34 causados por la revolución asturiana. Y en este caso, la mayor parte de los historiadores, incluso los más moderados, coinciden en que fueron hechos puntuales que no respondían a ningún plan establecido ni a persecución alguna. De hecho, la inmensa mayoría del personal religioso fue respetada. Lo que busca la Iglesia al llevar el origen de la “persecución” al 34 es lo mismo que los “Moas” al trasladar el “origen de la guerra civil” a octubre de ese mismo año: despegarse del golpe militar y de sus complicidades. La Iglesia sabe que desde el momento en que se produjo la sublevación tuvo lugar un doble proceso: en la zona en que fracasó provocó un movimiento revolucionario que en unos meses se llevó por delante la vida de miles de personas, y en la zona en que se impuso y en los territorios que las columnas van ocupando un calculado plan de exterminio que deja pequeño al otro. En este plan la Iglesia participa de diferentes formas y eso es lo que nunca ha reconocido. La Iglesia solo admite que fue víctima y sigue ocultando y negando que también fue verdugo. La agresión vino del fascismo y fue con este con el que la Iglesia se alineó. La guerra civil fue consecuencia del fracaso parcial del golpe. La Iglesia formaba parte del poder, era mantenida por el Estado y controlaba desde el siglo XIX sectores básicos de la enseñanza. Este orden fue el que vino a trastocar la República. Para nadie era un secreto la ideología política de la Iglesia ni el privilegiado estatus de que había gozado hasta entonces. La República, al poner fin a la monarquía, acabó con la vieja alianza entre el Trono y el Altar y convirtió la religión en un asunto privado al que cada uno era libre de dar la importancia que quisiera. El panorama resultó alarmante para la Iglesia. Sólo que en vez de reflexionar sobre las razones por las que tanta gente vivía ajena por completo a ella y a sus preceptos, prefirió culpabilizar a la República. En 1931 eclosionó una moral laica que se había ido forjando desde finales del XIX. Pero esta situación, acorde con los tiempos, suponía una provocación para la Iglesia, que no podía ver cómo la sociedad seguía su marcha sin tenerla en cuenta para nada. Pujol dice que los religiosos asesinados no son de un bando, pero al obispo hay que decirle que, quisieran o no quisieran, el hecho de pertenecer a la Iglesia los convertía en parte principal del único bando que existió: el de los sectores que propiciaron, alimentaron y se sumaron al golpe militar cuyo objetivo no era otro que acabar con la República. Fueron muchos en todo el país los religiosos detenidos tras el fracaso del golpe. Pero no por la “persecución religiosa”, sino dentro de las medidas que los comités tomaron para controlar la situación. Parroquias, sacristías y depósitos varios albergarán a propietarios, derechistas destacados, falangistas, curas, obreros serviles, etc. Y allí donde se abrió la vía al crimen morirán todos juntos. Sus asesinos los matan por ser enemigos de clase y por representar una institución reaccionaria. Pero le diré algo al Sr. Obispo: si todos los curas detenidos tras el golpe hubieran sido asesinados, el número de víctimas religiosas habría que duplicarlo al menos. ¿Y sabe por qué no llegó a ocurrir tal cosa? Porque el respeto por la vida estuvo más cerca de los comités que se constituyeron para la defensa de la República que de los que se sublevaron y contribuyeron a su destrucción, Iglesia inclusive. Enerva que con este pasado la Iglesia ejerza de defensora de la vida. Entre las afirmaciones de Pujol una de las más provocadoras es la de que los asesinos de los 522 mártires no pidieron perdón, pero el papa polaco sí. El obispo debe saber que por cada muerte de estas cayó luego mucha gente y que el sistema judicial franquista no se caracterizaba precisamente por el respeto a las garantías procesales. ¿Sabe acaso lo que dijeron antes de morir los culpables que fueron ejecutados? ¿Ha pensado alguna vez el obispo cuántos inocentes cayeron por cada uno de sus mártires? ¿No se ha fijado nunca en el apartado de la Causa General dedicado a los culpables y su paradero? El perdón pedido por Wojtyla en nombre de toda la Iglesia, ¿se refería a las barbaridades cometidas por la Iglesia en el siglo XX o a lo largo de su historia, en Europa o en el mundo? Pues sí que le salen baratos los pecados a la Iglesia. Y para colmo salen los de aquí diciendo que ese perdón incluía el mal que pudo hacer la Iglesia en España. Asunto resuelto. A algunos nos hubiera gustado que el perdón lo hubiera solicitado la Conferencia Episcopal no sin antes haber especificado los pecados cometidos a partir de julio de 1936. Así, en relación con la Iglesia, además de sus “mártires del siglo XX”, podríamos hablar de sus “pecados del siglo XX”. Sorprende la llamada que hizo el ya exportavoz Martínez Camino a favor de la apertura de fosas comunes. Pues desde su cargo de secretario de la CEE y como experto en los “mártires del siglo XX” podría haber sido de gran utilidad favoreciendo el acceso a la documentación eclesiástica relacionada con la represión franquista. Por ejemplo, las memorias e informes de carácter interno y los expedientes personales de capellanes, párrocos, obispos, etc. Al fin y al cabo son archivos cuyo mantenimiento pagamos todos y que deberían regirse por la Ley de Patrimonio Histórico. Y digo que deberían porque hasta la fecha ellos deciden qué y quién lo puede ver. La Iglesia española tiene la creencia de que todas sus víctimas eran inocentes, de lo cual yo no dudo, si bien en lo referente a las provincias que he estudiado hay casos en los que podría aportar inquietantes matices. Sin embargo, los enemigos de la memoria histórica, entre ellos algunos eclesiásticos, han planteado más de una vez dudas sobre la inocencia de las víctimas del franquismo. Dejando caer: ¿y quién dice que estos que estáis recuperando fueron víctimas inocentes? Ya dijo el cura falangista Martín Rubio que la justicia franquista siempre castigaba por delitos concretos. En definitiva estamos ante lo de siempre. La inocencia de unos se da por supuesto; la de los otros habría que probarla. Finalmente asombra que Martínez Camino afirme que la Iglesia nunca olvida a las víctimas de los totalitarismos. Se ve que el jesuita debe ser de la escuela del sociólogo Juan José Linz, al que tanto debe el franquismo, y que lo que ha querido decir es que no olvidan a las víctimas del nazismo y del comunismo. Como el franquismo, según Linz, fue un régimen autoritario, pues no hace falta recordar a sus víctimas. Quizás por eso la Iglesia no lo ha hecho nunca. Olvidan la frase con la que el historiador Herbert Southworth cerraba su obra El mito de la cruzada de Franco: “Sí, caballeros, tenéis razón; era una cruzada. Pero la cruz era gamada”.
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