lunes, 5 de octubre de 2009

La familia abre la puerta a identificar a Lorca



Publico.es

ANGEL MUNÁRRIZ - Sevilla - 05/10/2009 16:58
La familia de Federico García Lorca abre la puerta a la identificación de los restos del poeta. En su escrito de alegaciones sobre el proceso de apertura de la fosa de Alfacar (Granada), donde supuestamente se encuentran los restos del escritor, sus herederos señalan que "si finalmente se autoriza la exhumación solicitada, nos reservamos el derecho para [...] solicitar la identificación de los restos de D. Federico García Lorca y disponer de los mismos". Esta afirmación supone un claro viraje en la posición de la familia de Lorca, que hasta la fecha se oponía a la identificación de los restos. Con esta nueva postura, parece más cercano cerrar una incógnita presente en el imaginario colectivo español desde hace más de 70 años.
Los herederos del poeta ligan el destino de Lorca, al que se refieren como "nuestro tío", al de los "cientos o incluso miles" de víctimas, "muertas en idénticas circunstancias", que se encuentran enterradas en las inmediaciones de la fosa de Alfacar, en el barranco de Víznar. "Siendo un hecho asumido y reconocido la existencia de numerosas víctimas cuyos restos reposan en aquel lugar, quizás fuera este el momento para reconocer esta realidad", dicen.
En este sentido, solicitan a la Junta de Andalucía y al resto de administraciones que den "satisfacción a la totalidad de las víctimas allí enterradas, protegiendo su memoria y dignidad" mediante la declaración oficial de los lugares donde se encuentran enterradas todas ellas como "apto para el enterramiento, para proteger así a todas las víctimas de la represión que allí yacen e impedir que se borren las huellas de todos los represaliados, preservando el lugar como un fiel sitio de memoria de las víctimas de la Guerra Civil".
Los herederos del poeta ligan el destino de Lorca al de los "cientos o incluso miles" de víctimas
Esta petición se inscribe en una insistente petición de la familia, que se repite a lo largo de los siete folios de las alegaciones: que los restos del poeta no sean "removidos" de donde actualmente se encuentran. Los herederos del poeta insisten en que no se debe "individualizar" el problema circunscribiéndolo únicamente a Lorca y a las otras víctimas que supuestamente se encuentran junto al poeta. Estas son, según los testimonios recogidos, el maestro Dióscoro Galindo, los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí y el inspector de impuestos Fermín Roldán.
En las alegaciones, los Lorca afirman, retomando los argumentos de un comunicado del 18 de septiembre de 2008: "De las cuatro víctimas [ignoran a Fermín Roldán, el último de cuyo enterramiento en la fosa se ha tenido noticia] que supuestamente se encontrarían enterradas en aquella fosa, tan sólo los descendientes de uno de ellos se han manifestado a favor de la apertura". Se refieren a los herederos de Francisco Galadí. A fecha de hoy, también han pedido la identificación de los restos de su familiar los herederos de Fermín Roldán. En cuanto a Dióscoro Galindo, su nieta biológica Nieves Galindo ha alegado contra la apertura. Joaquín Arcollas no tiene descendientes, pero el gremio de banderilleros ha pedido para él un enterramiento digno. La CGT, como "familia ideológica de Arcollas", también ha pedido su exhumación.
Malestar de la familia
Laura García Lorca, sobrina-nieta del poeta, actúa como representante de otros cinco familiares en el texto de alegaciones, presentado ante la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía. El texto deja entrever con claridad el malestar de la familia con el Gobierno andaluz, que prevé proceder en las próximas semanas a la apertura de la fosa de Alfacar, pese a la oposición de la familia Lorca.
Los Lorca incluso hacen reproches a la Junta, al lamentar la desatención de "aquellas víctimas que por estar enterradas en fosas que no han merecido el interés de la asociación solicitante [en este caso la granadina], permanecerán en aquel lugar sin protección alguna, al albur de las decisiones que un futuro puedan adoptarse sobre la suerte de los terrenos". Luego, la familia se pregunta: "¿Es eso lo único que podemos esperar?". Los herederos insisten en no "singularizar" a Lorca. "Su muerte lo ha convertido en universal de otra manera: ha llegado a ser emblema de todas las víctimas justamente por haber corrido una suerte común con muchos otros".
Los firmantes manifiestan que "la perentoriedad de los plazos administrativos" los "obliga a emitir una opinión sobre la solicitud planteada, ignorando, a fecha actual, cuál es el destino último que se dará a aquel lugar donde tantos, anónimos o no, se hallan supuestamente enterrados". Es decir, la familia se manifiesta sobre los restos y abre la puerta a la identificación de los mismos, pero deja claro antes que lo hace sin que haya quedado resuelto si se atiende su principal reclamación: es decir, que los restos del poeta no sean "removidos" y que descansen tras el proceso donde están ahora, en el mismo paraje, el barranco de Víznar, donde lo acompañan otros "cientos" o "miles" de víctimas.

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